La Escuela de Enfermería seguía siendo motivo de polémica. La dimisión, pendiente de aprobación, de sus más altos directivos, los doctores Maroto y Gutiérrez, no parecía otra cosa que una consecuencia de motivos políticos en los que aparecía, el inspector de servicios de la Universidad de Granada y presidente de la Asamblea Provincial de Cruz Roja, a quien algunos acusaban como responsable de las trabas e ingerencias externas con las que se venía topando la Escuela desde hacía tiempo.
Con la puesta en funcionamiento del centro de salud de Polavieja se daba un paso más hacia la configuración del mapa sanitario de la ciudad, según el delegado del Gobierno, Manuel Céspedes durante la visita al centro.