Los incrementos que se habían producido en el número de hechos delictivos denunciados en la ciudad durante el período 1987-1990 demostraba claramente que el delegado del Gobierno, Manuel Céspedes, no coincidían con el Ejecutivo socialista a la h ora de abordar el problema de la inseguridad ciudadana. Según los datos gubernamentales, mientras en 1987 el número total de delitos denunciados alcanzaba la cifra de 2.947, en los primeros nueve meses de 1990 era ya de 2.927.
El presidente provincial de la Asociación de Diabéticos (ADIMEL), Salvador Mariscal, denunciaba que Cruz Roja Melilla intentaba manipular políticamente la asociación, con presuntos fines electorales de cara a las elecciones municipales.
