La última jornada de los festejos patronales de Melilla de 1996 contó con dos actos religiosos de gran relevancia. El primero, como marca la tradición, la ceremonia religiosa en honor de la patrona en el templo de la Purísima Concepción, que abría sus puertas tras cinco años de restauración, tanto del recinto como de la propia talla de la virgen. Ya por la tarde se llevó a cabo la procesión de la Virgen de la Victoria con salida desde la Iglesia del Pueblo, pasando por el nuevo túnel de acceso a Melilla la Vieja, para recorrer las principales calles del centro de la ciudad.
La feria se despedía con fuegos artificiales y comenzaban los preparativos para la de 1997, la Feria del V Centenario.
La U.D. Melilla perdía por un tanto frente al Marbella
