Según un informe de la Organización de Consumidores y Usuarios de España (OCU), Melilla ocupaba el décimo lugar del total de provincias del país en lo que a intoxicación por consumo de carne de bovino tratada con clembuterol se refiere, al haberse detectado en los cuatro últimos años once brotes en la ciudad. Sanidad indicaba que el brote se produjo en 1993, que fue aislado y que no existía motivo alguno de alarma social.
Concluía el tercer congreso de la Unión del Pueblo Melillense (UPM), en el que tanto Juan José Imbroda como Daniel Conesa seguían al frente del partido.
Las farmacias de Melilla recogían las radiografías particulares para su reciclaje. Se pretendían refundir las sales de plata que contenía cada lámina. El dinero obtenido se destinaría para ayudas en el tercer mundo.
