Es importante que el nuevo Gobierno tenga claro que esta administración tripartita no puede contribuir al agravamiento de uno de sus mayores problemas, la lentitud, aunque sea comprensible que su funcionamiento sea ahora más complejo por la necesidad de una negociación previa para consensuar cualquier decisión por la ausencia de mayorías absolutas en esta legislatura Melilla vuelve a tener Gobierno casi tres semanas después. El PP ha criticado mucho en los últimos días la situación inaudita, dice, que ha vivido la Ciudad Autónoma por el cese inmediato y fulminante de los consejeros anteriores inmediatamente después del nombramiento oficial de Eduardo De Castro como nuevo presidente y el lento, lentísimo alumbramiento de su nuevo Gobierno, que tardó cerca de veinte días por las difíciles negociaciones de los tres partidos que lo conforman. Eso dio lugar a que Melilla haya tenido en este tiempo un Gobierno unipersonal, con el presidente como único integrante, con un poder absoluto por tener todas las competencias que, por cierto, aún están sin repartir aunque ya haya consejeros y viceconsejeros nombrados.
Recordemos que todos ellos juraron o prometieron sus cargos el jueves y que son, en concreto, tres consejeros de CPM (Hassan Mohatar en Medio Ambiente y Sostenibilidad; Dunia Almansouri en Distritos, Juventud y Participación Ciudadana y Rachid Bussian en Infraestructuras y Urbanismo), dos de PSOE (Gloria Rojas en Cultura, Educación, Festejos e Igualdad y Francisco José de la Rubia en Bienestar Social y Salud Pública) y dos de Ciudadanos (Paula Villalobos en Presidencia, Administración Pública y Regeneración democrática y Julio Liarte en calidad de independiente como consejero de Hacienda, Economía y Empleo).
Por lo que respecta a las viceconsejerías, cinco han sido para CPM (Mohamed Ahmed en Tecnologías de la Información, Abderrahim Mohamed en Menor y Familias, Jalid Said en Deportes, Yusef Abdeselam en Juventud y Fatima Mohamed en Mayor) y cuatro del PSOE (Jaime Bustillo en Comercio, Transporte y Turismo, Mohamed Mohand en Servicios Sociales y Salud Pública, Elena Fernández Treviño en Cultura, Relaciones Interculturales e Igualdad y Francisco Vizcaíno en Recursos Hídricos, Energías Renovables y Políticas Ambientales).
Los nuevos consejeros, junto a De Castro, constituyeron ayer el Consejo de Gobierno, que se reunió durante tres cuartos de hora pese a ser una reunión “de mero trámite”, como reconoció Rojas en su estreno como portavoz. Otra señal de la lentitud con la que este Gobierno empieza su andadura, y que es, precisamente, todo lo contrario de lo que necesita Melilla, muy dañada por una administración nada ágil y prácticamente incompatible con la urgencia que requieren muchos de sus problemas.
Cierto es que este Gobierno está empezando ahora y que no tiene la culpa de ello, aunque en estas tres semanas esté contribuyendo un poco. Pero es importante que tenga claro que esta administración tripartita no puede contribuir al agravamiento de uno de sus mayores problemas, aunque sea comprensible que su funcionamiento sea ahora más complejo por la necesidad de una negociación previa para consensuar cualquier decisión por la ausencia de mayorías absolutas en esta legislatura.
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Gobierno nuevo y muy lento
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