Leer nuestro periódico de ayer llena de asombro. No solo por la noticia de la detención del máximo responsable de la empresa Logistic Express, que ha acentuado el desastre, por muchos motivos, del transporte de mercancías desde la Península a Melilla y viceversa, una detención que era más que previsible. No solo por la lectura del extraordinario artículo, en la página 3, de Luis del Val, sobre “El cuarteto de la muerte”, formado por las ministras de Hacienda, María Jesús Montero, de Sanidad, Mónica García, de Trabajo, la comunista sectaria Yolanda Díaz, y por el “jefe de la banda, Pedro I, el Mentiroso”. No solo porque Carlos Lalchandani -hermano del gran Ayú- haya sido elegido presidente del Club Rotary de Melilla. No solo porque hemos sabido que el presupuesto de la Ciudad Autónoma para 2025 ascenderá hasta la muy notable cantidad de más de 383+ 56, o sea, 439 millones de euros, que, bien manejados con criterios económicos, no políticos, podrían ser decisivos para cambiar Melilla.
El asombro de la lectura del MELILLA HOY del pasado jueves lo produce, muy especialmente, que ahora nos enteramos de lo que ya sospechábamos hace muchos años: nos dice, ahora, el presidente de Melilla, Juanjo Imbroda, que no sabía que el cauce del Río de Oro dependía del Gobierno de la Ciudad, no de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), un organismo público dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica (una denominación pretenciosa y bastante ridícula, por cierto).
Ya la denominación de nuestro río, Río de Oro, parece una broma pesada, pero su estado, cómo está el río cochambroso, no es una broma, sino una pesadilla para Melilla. Por eso, que el que ha sido presidente de nuestra ciudad, en dos períodos, durante casi 22 años, no haya sabido hasta ahora que lo del Río de Oro dependía del Gobierno local -los presidentes intermedios y anteriores, tampoco- puede y debe extrañar- y vuelve a poner de manifiesto la necesidad de que Melilla sea parte de una Comunidad Autónoma- pero, sobre todo, nos debe alegrar y nos hace exclamar: ¡por fin!
Ahora Imbroda nos asegura que “el cauce del Río de Oro va a quedar expedito y advierte contra el más mínimo elemento que lo entorpezca”. De hecho, ya hemos visto al consejero Daniel Ventura, con sus equipos, trabajando en la maraña que es hoy el río. Lo de la DANA y Valencia ha sido una horrible tragedia, pero un optimista diría que no hay mal que no produzca algún bien. En este caso el bien ha sido poner en alerta y en funcionamiento a la inmensa burocracia pública para que se tomen medidas que puedan evitar o, al menos, minimizar las catástrofes que fenómenos como la dana pueden producir. Y en el caso de Melilla, que se esté ya limpiando el cauce del Río de Oro es, sin duda, una muy buena noticia. Ahora podremos los melillenses dormir y vivir más tranquilos.
Acceda a la versión completa del contenido
Fin de la pesadilla del Río de Oro
La VIII San Silvestre 'Ciudad de Melilla 2024' reunió a 620 atletas en un ambiente…
El Club Voleibol Melilla se enfrenta al Bogdanka Luk Lublin en los cuartos de final…
Melilla ha evitado una catástrofe medioambiental tras prácticamente los tres días que estuvo encallada una…
El 83,7% de quienes poseen estudios de Educación Superior tienen empleo, esta cifra se reduce…
El presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla, Manuel Ángel Quevedo, ha salido al paso…
Juan José Imbroda, presidente del Gobierno de la Ciudad Autónoma, ha iniciado el acto institucional…