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Esclavos de Hacienda

Ese es el acertado título de un artículo de Isabel San Sebastián en ABC, el 31/1. Habla de “expolio”; de “dirigentes adictos a gastarse nuestro dinero”; de ciudadanos españoles “condenados a contemplar impotentes cómo, además de este robo, aumenta imparable la deuda que lastrará el futuro de nuestros hijos y nietos”. Y añade que ahora, tras elevarnos los tributos 54 veces, este Ejecutivo, en vísperas electorales, utiliza sin pudor en sus mítines la subida de pensiones como argumento de campaña, es el ascenso de la incompetencia al poder. Así, el llamado día de la liberación fiscal, el día en el que dejamos de trabajar para el Gobierno y lo hacemos para nosotros mismos, para 2023 se retrasa hasta el 29 de julio (casi 7 meses de los 12 del año trabajando para ellos). “Nunca en la etapa democrática habíamos soportado semejante nivel de exacción”, resume Isabel San Sebastián.
Es seguro, la historia así lo demuestra, que una mala política económica -como la del Gobierno de Pedro Sánchez- conduce a la catástrofe. “Todavía no hemos sido capaces de encontrar el equilibrio entre la igualdad y la libertad y eso aumenta el peligro de colapso del sistema”, escribió Pedro García Cuartango, en ABC el 31/2), en un artículo en el que menciona al filósofo Nouriel Roubini, que en su último libro, Megamenazas, pronostica, con una gran oleada de desempleo, una catástrofe mundial antes de veinte años. Es muy posible que, como tantas otras catástrofes pronosticadas, tantas advertencias sobre el próximo fin del mundo -evidentemente fallidas- está también sea otro pronóstico fallido, pero -en el caso concreto de la política económica, no cabe duda de que hay mucho que cambiar (Melilla es un claro ejemplo de ello, por cierto).
Con asaltos fiscales como los que padecemos no hay buena política económica posible. Vuelvo a citar a Ignacio Ruiz-Jarabo Colomer y su extraordinario ensayo de impresionante, y acertado título: “Impuestos o Libertad”, “la hernia fiscal que estrangula a los españoles”. Javier Fernández-Lasquetty, consejero de Economía, Hacienda y Empleo en la Comunidad de Madrid, considera al autor del ensayo: el perfecto guía para adentrarse en una cuestión que conoce como pocos y que está en la base de las decisiones que, por el camino de la libertad, llevan a un país al crecimiento y al éxito, o que por el camino contrario -como desgraciadamente sufrimos- por aquel que el autor llama la “hernia fiscal”, conducen al estrangulamiento, la asfixia, el empobrecimiento y la ruina.
Un ejemplo muy cercano. Me encuentro, en nuestra histórica Avenida -la de los paseos de mi juventud- a una amiga, funcionaria de Hacienda. Está totalmente de acuerdo con el que fuera su jefe, Ignacio Ruiz-Jarabo. Le pregunto por un empleado de Hacienda, un “actuario” con el que tuvimos la desgracia de topar y el horror de padecer sus injusticias, su ausencia de veracidad, un tal Manuel Jesús Jiménez Jiménez. Es imposible tener peor opinión de alguien, tomando como base la opinión profesional y personal que mi amiga tiene del “actuario” antes mencionado. Espero y creo que la Justicia, tras largo y costoso tormento, nos de, nos dará la razón, pero lo triste, lo injusto es que el autor del atraco fiscal se escudará en el colectivo y saldrá impune, después de destrozar la vida a personas inocentes, como resalta y describe Ruiz-Jarabo , con numerosos ejemplos, en su gran libro.
Por cierto, conviene recordar, a modo de referencia histórica, que fueron unas medidas de endurecimiento fiscal tomadas por el británico William Pitt las que avivaron la lucha por la independencia norteamericana. Esperemos que lo mismo, la derrota del despilfarro y la esclavitud fiscal, ocurra con este Gobierno socialcomunista de Sánchez en las próximas elecciones locales y nacionales.
Dos buenas noticias para terminar esta Carta. 1/Va hacia delante el proyecto de
la Superliga de fútbol, el conocido como “proyecto de Florentino”, para desesperación de esa parte de la prensa deportiva vendida, que tanto prolifera. ¿Se producirá el adiós al monopolio de la UEFA y la FIFA, extraordinariamente dañino, como todos los monopolios? Espero que sí. 2/ Pedro Sánchez ha recibido en Rabat el desprecio personal que merece un siervo entregado como él. Como se temía, no hay fronteras abiertas ni en Ceuta ni en Melilla. Ha habido “chau, chau”, palabrería propagandística y cínica de un Gobierno que ningún país merece (España tampoco, por supuesto).

Enrique Bohórquez López-Dóriga

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