La escritora presentó este viernes su nuevo poemario en la sala de exposiciones del Real Club Marítimo de Melilla
Hay autores que utilizan la escritura como un canal de comunicación útil para plasmar sus vivencias y memorias más especiales. Es el caso de la escritora Encarna León (Granada, 1944), quien este viernes presentó en la sala de exposiciones del Real Club Marítimo de Melilla su último poemario, ‘La lluvia que me habita’, un libro que es “una metáfora del llanto que experimenta” cada uno cuando, aquellas personas a las que ha amado, “se van de su lado y ya no están con nosotros”.
“He querido plasmar que, pasado un tiempo, ese dolor se transforma después en una especie de felicidad, porque es volver a esa memoria que has dejado en tu interior y que, por cualquier circunstancia y en un momento determinado aflora a través de un poema”, explica al MELILLA HOY, agregando que, a partir de ese momento, “rescata esa vivencia”, y el “dolor” que hubo en un primer momento por esa pérdida da paso a un “disfrute por el recuerdo de los momentos vividos a lo largo de aquellas personas”.
“Todos sabemos que estamos en este mundo de paso”, afirma, reconociendo que se sintió “habitada por una gran felicidad” una vez que terminó de escribir el libro “porque había vivido, después de mucho tiempo, los momentos felices”.
Dedicatorias
Este poemario está dedicado a algunas de las personas más influyentes y especiales de la poetisa melillense a lo largo de su vida: a su padre, a su madre, a su hermana pequeña, a su abuelo y una dedicatoria final que es una recopilación de algunos de sus amigos que tuvieron una gran influencia en su vida literaria, como fueron Miguel Hernández, Lázaro Fernández o Manolo Rodríguez Vargas. Con este último asegura que compartió “experiencias pedagógicas”.
“Esos fueron en su momento los que dieron lugar a los primeros poemas de dolor y de sufrimiento, pero ahora he visto desde otra perspectiva, la de la felicidad compartida”, señala.
La presentación de un libro de esta temática no ha podido hacerse en una semana más “adecuada”, pocos días después de la celebración del Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos. “Elegí precisamente esa fecha porque dentro de ese ámbito de conmemorar efemérides que son ya tradicionales y que tienen mucho arraigo en todas las personas, como son el Día de Todos los Santos y el de los Difuntos, mi libro iba como completando ese calendario de conmemoraciones”, explica.
Asimismo, apunta que lo bueno que ha tenido la redacción del libro ha sido que lo ha escrito mucho tiempo después de haber sufrido tales pérdidas “con el fin de que se quedara a un lado el dolor” que sintió en su momento y “disfrutar de los momentos vividos”. “Me veía muchas veces cuando terminaba un poema que estaba sonriendo porque lo que recuerdo y lo que narro ahí me produjo mucha felicidad”, admite.
Próximos libros
En lo que se refiere a futuros proyectos, León avanza que está revisando un par de poemarios que ya tiene preparados para sacarlos próximamente, así como afirma que tiene pendiente la presentación de una novela breve para el público juvenil y un poemario de Navidad dirigido a todos los públicos.
