Entrevista al empresario melillense José Luis Martínez Lázaro, que actualmente es presidente de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar, y uno de los participantes en la elaboración del Plan Estratégico de la Ciudad Autónoma de Melilla.
JOSÉ LUIS MARTÍNEZ
PLAN ESTRATÉGICO DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE MELILLA
¿Qué representa para Melilla el Plan Estratégico de la Ciudad Autónoma?
Básicamente, una herramienta necesaria para intentar cambiar la estructura económica de una Ciudad en la que la economía privada durante muchas décadas ha estado basada prácticamente en el comercio fronterizo y los servicios inherentes al mismo. Dada la postura de Marruecos y sus manejos para asfixiar nuestra economía mientras desarrolla su declarada hoja de ruta para la región “De la Oriental” ya no queda duda que debemos enfocar los esfuerzos de todos en otra dirección.
El Plan establece varios objetivos estratégicos. Entre ellos, la regeneración urbana y rehabilitación energética, la mejora de la conectividad que permita desarrollar el turismo y todas aquellas actividades relacionadas con la digitalización y las industrias TIC. Y, por supuesto, la formación de nuestros jóvenes en todas estas actividades a través de una FP -a ser posible DUAL-, una inmersión en idiomas para trabajar en estos sectores e incrementar la actual oferta universitaria para atraer más estudiantes a nuestra Ciudad.
Aunque no se habla mucho de ello -y el Plan Integral de Gobierno no lo recoge- la ampliación del escaso capital natural que tenemos mediante terrenos ganados al mar es muy necesario, sea como ampliación del puerto -que no tiene mucho sentido- o como isla en la que instalar un nuevo aeropuerto. Lo importante no es el nombre o el uso definitivo sino la inversión para liberar suelo en el casco urbano y posibilidad de trasladar las actuales instalaciones molestas, nocivas o peligrosas.
También ampliar las otras nuevas instalaciones que aparecen en el Plan Integral, entre ellas, una planta de biometanización, una de clasificación y pretratamiento para la reutilización y reciclaje de residuos voluminosos, una planta de compostaje de podas, lodos y su ampliación a futuro para materia orgánica de recogida separada y, finalmente, una instalación de recogida, triaje y clasificación de otros residuos o la infraestructura de almacenamiento, regasificación y bunkering de GNL. Si no hay ampliación del territorio actual ¿dónde piensan ubicarlas?
A su juicio, ¿cuáles deben ser las metas que se debe marcar el Plan Estratégico?
A corto plazo, mejorar la conectividad y abaratar los costes de los transportes de personas y mercancías para lo que llevamos desde 2017 esperando un RD que desarrolle la bonificación que ya disfrutan Baleares y Canarias, conseguir de la D. Gral. de Aduana la aplicación del CAU de forma interna con la seguridad jurídica y las simplificaciones administrativas que conllevaría y la posibilidad de tener los regímenes especiales relativos a los distintos tipos de depósitos aduaneros.
Empezar a invertir en formación con certificados de profesionalidad y ampliar la oferta de Formación Profesional, intentado convenir con empresas andaluzas las prácticas de la FP Dual de no existir empresas locales para ello.
A medio plazo, modificar la actual regulación del IPSI para armonizarlo con la estructura tributaria del IVA dejando de ser un impuesto monofásico y gestionar el IPSI a la importación con una ventanilla única en la Aduana. Es cuestión de voluntad y de actualización de las plataformas informáticas actuales.
A corto y medio plazo invertir en la rehabilitación de edificios e impulsar la implantación de energías alternativas (solares, aerotermia, etc.)
Urgente, reducir la desigualdad socioeconómica de la población y generar empleo
A largo plazo invertir en ganar terrenos al mar y recuperar terrenos de uso militar no necesarios para la defensa de la ciudad,
Usted ha sido una de las personas que ha participado en la elaboración de este este plan ¿qué nos puede decir de todo este proceso?
Creo que se ha hecho un gran trabajo. Personalmente atendí por videoconferencia -estábamos en plena pandemia- las 15 jornadas de lanzamiento, participé en algunas mesas de los grupos de trabajo y en la Conferencia Estratégica. Creo que fuimos más de 1000 personas las que participamos, se realizaron más de 300 encuestas locales, 60 entrevistas con agentes clave, 30 jornadas monográficas y una Conferencia Estratégica con más de 120 expertos en distintos campos, representantes del mundo empresarial, sindical, político y de la Administración General del Estado. La CEME presentó 26 medidas al Plan, muchas de la cuales han sido recogidas en el mismo.
La foto fija está hecha. Y las soluciones propuestas. Ahora queda lo difícil que es darle continuidad independientemente de quien esté al frente del Gobierno. Como nos aconsejó el alcalde Málaga, Paco de la Torre, en su intervención en la primera jornada informativa, para que el Plan tenga éxito se necesita lealtad y colaboración entre Administraciones y la colaboración público-privada, adaptar las estrategias y los proyectos al contexto cambiante y a las fuentes de financiación disponibles y, sobre todo, consenso y generosidad en mayúsculas por parte de todos.
¿Qué ventajas tiene Melilla para invertir que no tengan otras ciudades de España?
El régimen fiscal en cuanto a imposición directa (IRPF, ISS, Patrimonio, ISD) no lo tiene ninguna otra región española ni europea, excepto Ceuta, salvo las excepciones de algunas Zonas Económicas Especiales, como la de Canarias, que tributa el 4% en el ISS, pero no tienen las demás bonificaciones que nosotros.
En cuanto a imposición indirecta, el estar fuera del territorio de aplicación del IVA, con menores tipos impositivos (como máximo el 10% frente al 21%) también tiene sus atractivos y ciertas actividades como el juego “on line” al que añadir la bonificación en las tasas sobre el juego y otros servicios como el chárter náutico tributan solo al 0,5%. Tampoco se aplican en Melilla los IIEE sobre el tabaco, alcoholes y combustibles.
El estar fuera de la Unión aduanera y ser Territorio Franco tiene sus ventajas -como han dejado claro los estudios de Codexca o EY- nos deja fuera de la aplicación de la política comercial comunitaria, con su aranceles y cupos. El hecho de entrar en la Unión aduanera, pero manteniendo el IPSI, no elimina la obligación de seguir pasando aduanas entre Melilla y la Península o viceversa, aunque muchos se empeñen en negar esta realidad. Véase el caso de Canarias.
Sería interesante transformar nuestra figura de Territorio Franco actual en una ZEE (propuesta recogida en el Plan Estratégico) dejando de ser una excepcionalidad para ser una figura reconocida en toda Europa y dotarla de más incentivos por inversión y creación de empleo. Por entrar en la Unión Aduanera -como algunos proponen sin aportar razones técnicas o económicas- no solo no seremos más Europa -que ya lo somos- sino que perderemos algunas ventajas competitivas.
Pero no todo son ventajas para invertir en Melilla. Por ejemplo, no tenemos trabajadores cualificados para desarrollar estas nuevas actividades o las tradicionales como hostelería y construcción que han tenido siempre que echar mano de los trasfronterizos por esta falta de personal cualificado. Y no digamos nada del alto coste de los transportes de personas y mercancías.
Y si se trae personal de fuera, aparte de la ventaja de que paguen menos impuestos, estos trabajadores querrán tener buenas y variadas ofertas en vivienda, colegios, sanidad, facilidad para viajar, ocio, cultura, etc., en una palabra, una buena calidad de vida. Y, en estos momentos, Melilla no ofrece muchas de estas condiciones aparte del buen clima, buenas playas y buena gente.
Por otra parte, tengan en cuenta que las bonificaciones en los impuestos sobre beneficios de las actividades económicas y profesionales solo se aplican cuando hay beneficios.
