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El puente del Primero de Mayo

El objetivo último de todos debe ser reducir las listas del desempleo porque no hay mayor condena para una persona que no ver una salida laboral Este martes 2 de mayo Melilla regresa a la normalidad después de un puente de tres días que disfrutaron la mayoría de los melillenses, salvo los que tuvieron que trabajar en estas jornadas, en unos casos desplazándose a otros puntos del país -lo más socorrido en estas fechas es la Costa del Sol- o Marruecos, pero también hubo quienes no tuvieron más remedio que quedarse en nuestra ciudad, ya sea por motivos laborales, familiares o simplemente económicos, porque no todos pueden permitirse viajar cada vez que hay un puente. Aún así, como ocurre cada vez que hay periodo como el que hemos vivido, el éxodo de melillenses se deja notar en las calles, más desiertas que de costumbre, aunque el comienzo de la celebración de las primeras comuniones salva un poco la situación porque obliga a muchas familias a quedarse para participar de ese día tan especial para muchos niños y que se prolongarán durante todo este mes de mayo.

Pero el puente del Primero de Mayo se caracteriza por eso mismo, por ser el Día del Trabajador. Hace años que ya no hay concentraciones conjuntas de los dos grandes sindicatos de clase, UGT y CCOO, y cada organización va por su lado en esta jornada reivindicativa que con, con el paso del tiempo, dejó de reunir a grandes masas porque la crisis también le llegó al sindicalismo, que tan solo se mantiene con fuerza en las administraciones públicas, en la representación de los funcionarios, pero no así en las empresas privadas, donde apenas tiene ya influencia.

Aún así, el Primero de Mayo sigue siendo un día señalado en el calendario, en que queda simbolizado uno de los grandes problemas que sufre Melilla de manera endémica: el desempleo.

UGT y CCOO, el primero a través de su tradicional acto del Día Internacional del Trabajo en los bajos del edificio de los sindicatos y el segundo mediante una declaración pública de su secretario general, nos recuerdan a todos que en nuestra ciudad hay más de 10.600 personas que por desgracia no tienen un empleo pero aspiran a conseguirlo algún día y por eso están inscritas en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Es una parte considerable de la población, que también ha crecido de manera notable en los últimos años debido al retorno de ciudades que un día emigraron y han perdido su trabajo.

Ellos, como los que no se fueron de Melilla y también están en el paro, tienen escasas expectativas de poder conseguir un empleo porque aunque la economía española esté saliendo adelante poco a poco, la lista de desempleados es aún muy alta. Otro dato preocupante es que el número de hogares que tienen todos sus miembros en paro ha subido en Melilla un 50% en los últimos tres meses. Según las estadísticas oficiales, Melilla terminó el primer trimestre de este año con 3.300 hogares en los que todos sus miembros estaban en situación de desempleo. En el último trimestre del año pasado, la cifra era mucho menor, 2.200 concretamente. El incremento en este arranque de año es, por lo tanto, de 1.100 hogares, lo que supone un 50% más.

Eso también mina la confianza en la recuperación, que es otra de las caras del problema del paro, presente en muchos hogares de Melilla. Y eso es lo que también hace que los ciudadanos vean pocas opciones de solución a corto, medio e incluso largo plazo no solo por la ausencia permanente de un tejido productivo en la ciudad, sino también porque el problema es endémico desde tiempos inmemoriales.

Se necesitan iniciativas que den ideas para solucionar estos problemas y algunos de los expuestos en la presentación de la Sociedad para el Desarrollo de Melilla (SODEMEL), por ejemplo, podrían ser de aplicación para intentar remediar la actual situación. En este sentido, recordar que en ese acto agentes económicos y sociales dieron su visión sobre los cambios e innovaciones que se deben efectuar para que Melilla tenga futuro y apuntaron, entre otras, a la regulación de la frontera, ampliar el puerto y la creación de nuevas oportunidades en las que la iniciativa privada empresarial tenga más peso que lo público.

El objetivo último de todos debe ser reducir las listas del desempleo porque no hay mayor condena para una persona que no ver una salida laboral. El paro es un problema endémico de Melilla pero ello no nos puede llevar a la resignación y debemos pensar en soluciones porque, sencillamente, así no podemos seguir.

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