El diagnóstico realizado por la Mesa de Movilidad encuentra numerosas carencias que desincentivan el transporte a pie por la ciudad. Hace un mes, la consejería de Coordinación y Medioambiente presentó MetroMinuto, un proyecto para incentivar los desplazamientos a pie con un mapa sinóptico que representa la distancia y el tiempo que un peatón emplea en recorrer los principales trayectos en la ciudad.
Para realizar una valoración personal del recorrido, con las siguientes conclusiones, dos grupos guiados por la Mesa de Movilidad han evaluado dos de las rutas de MetroMinuto utilizando los indicadores que ofrecen los servicios técnicos del Ayuntamiento de Vitoria (ciudad pionera en movilidad) y el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente. Según estos parámetros, nuestras conclusiones son las siguientes:
Para convencer se necesita más que un plano
Si queremos una red peatonal que invite al ciudadano a dejar el coche en casa, es necesario dotarla de elementos que hagan agradable el paseo. La iniciativa MetroMinuto es similar a la que Pontevedra presentó hace unos años con resultados muy positivos como última pieza de una batería de medidas de mayor urgencia: eliminación del tráfico innecesario, instalación de pasos elevados, creación de espacios amables, mobiliario urbano, reducción de la velocidad máxima a 30km/h y de los niveles de contaminación y ruidos.
En nuestra ciudad, sin embargo, el proceso ha sido a la inversa: en primer lugar ha sido la presentación y la fotografía, y después un plan de remodelación, que a día de hoy no forma parte de una estrategia global ni tiene fecha definida de finalización.
Son numerosas las calles de nuestra ciudad que no están adaptadas a las necesidades de la población. Algunos tramos de MetroMinuto no se pueden completar a tiempo debido a la inclinación del terreno o la falta de espacio si el ciudadano es una persona mayor o con movilidad reducida. Además, el excesivo promedio de velocidad y la ausencia de puntos de agua y marquesinas, así como lugares de descanso, aceras anchas, iluminación y sombra, son inconvenientes que dificultan la implantación y la concienciación.
Creemos que MetroMinuto es una herramienta utilísima para fomentar los desplazamientos a pie, pero es necesario dar más perspectiva al proyecto. Para la Mesa, esta política es consecuencia de la improvisación y la falta de estrategia global, y convierte al PMUS en un documento estéril, sometido al capricho político, que no responde a las verdaderas necesidades del ciudadano. Si no se mejoran las calles pensando en las personas que caminan, sino en el vehículo, en lugar de fomentar el transporte a pie, MetroMinuto solo será un plano y una excusa para hacerse una foto.
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El proyecto de MetroMinuto no consigue el aprobado
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