«El hombre es un lobo para el hombre»

Aunque esta sentencia se atribuye al filósofo Hobbes, no es de él, no la parió él. Pero muchas actividades humanas constituyen un peligro y un horror para sus propios congéneres, porque el tal lobo es el Egoísmo para ese Ser Humano (Guerras, Genocidios, Terrorismo, Esclavitud, Racismo, Abusos sexuales, Violaciones y tantas y tantas plagas de dolor).
Las Guerras son tan antiguas como el mundo; de ello tenemos constancia en la Biblia de tribus como los Amorreos, Jebuseos, Ferezeos, por citar a unas pocas, fueron guerreros reconocidos. La historia de David contra Goliat nos explica lo importante de la astucia y habilidad del contendiente aunque esté en inferioridad numérica y que la decisión de una certera pedrada, a veces, es más eficaz que una lanza y un escudo protector.
Guerras ha habido muchas y seguirán habiendo mientras el ser humano pise su o sus Continentes y así tenemos como ejemplo la Guerra de Troya, la del Peloponeso, las Médicas, las Púnicas y más actuales, las dos Guerras Mundiales, la Guerra Civil Española, la Guerra de los 6 días, la de Vietnam, la del Golfo Pérsico, la del Estado Islámico…y las que vendrán.
Desde esos albores hemos visto cómo el avance en la tecnología militar ha ido in crescendo «y que esto no hay currito que lo pare», porque crea puestos de trabajo, enriquecimiento de fabricantes y cuando se fabrican armas no es para ponerlas en un almacén o en museos; es para abrir fuego devastador a quien le tosa a otro malhadado. Y que dicha tecnología es cada vez más agresiva y de consecuencias terribles para la salud de la Humanidad.
En la década de los 60-70 del siglo pasado surge el Movimiento Hippie con Lo Beatles a la cabeza capitaneados por John Lennon, cantante, escritor, poeta, pacifista, que rompe con la rutina establecida y amparados en el «Faites l’amour, pas la guerre» se desligan con canciones-protesta, innovaciones en la vestimenta, vida en comunas y luchas pacíficas y pacifistas para huir de la losa que pisa a la humanidad.
Los Papas Juan Pablo II y el actual Papa Francisco han dicho que el Infierno como tal lugar físico no existe y yo humilde y humanamente se lo rebato. El Infierno no está en el Averno, está en el olvido de Dios o en el olvido de tus semejantes, el Infierno está en tú-nuestras casas, cerquita, en la Tierra que no sabemos administrar, allí donde hay guerras, hambre, esclavitud, violaciones, abusos, odio, holocaustos…, ahí está el Infierno.
Está en los Efectos o Consecuencias de las Despiadadas Guerras, como son la alta mortalidad de seres humanos inocentes, el hambre por falta de alimentos, la aparición de infecciones por la escasez de higiene que produce la falta de agua y de medicamentos, la aparición de piojos, la huida en desbandada dejando atrás culturas, familiares, arraigos. Apresamientos en condiciones infrahumanas, violaciones, enfermedades por radiaciones, ausencia de vacunaciones con repuntes de enfermedades erradicadas (viruela, poliomielitis, sarampión) SIDA, Hepatitis, Cólera, Desnutrición, Trastornos psicológicos y psiquiátricos… ¿Sigo?
La solución está en tus manos, y en las mías, y en las suyas y en las de la propia Humanidad y en las de los que se dicen políticos… Pero tristemente «la Humanidad baila al son que le tocan».

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