Como es habitual en la celebración del patrón de la Policía Nacional, el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, dedicó buena parte de su discurso a la frontera, una infraestructura donde admitió que los esfuerzos realizados no se traducen siempre en resultados visibles, pero apuntó a dos razones que la han cambiado en la última década: el aumento de la población melillense en un 25% en menos de 10 años, y el incremento del comercio atípico, del que dijo que se ha quintuplicado “vertiginosamente”.
Todo ello ha dado lugar a una “extrema presión” en nuestra frontera, que “ya no es la misma de hace poco más de diez años y nunca podrá volver a serlo, por mucho que nos cueste aceptar los inevitables cambios”, indicó El Barkani. De esta manera, aludió a las nuevas medidas de seguridad que “marcan y determinan también el tránsito y los flujos a través de nuestros puestos fronterizos”.
Lamentó que, pese a las actuaciones realizadas en los pasos de Beni-Enzar y Farhana, “parece que nada es suficiente, porque las nuevas circunstancias marcan nuevos tiempos” y el comercio atípico ha aumentado. Por ello, apuntó que “reordenar la frontera es tan necesario como empezar a admitir nuestra nueva realidad, en el conjunto de un mundo global amenazado por el terrorismo internacional”. Un objetivo en el que aseguró que no piensa “desfallecer” mientras sea delegado del Gobierno, pero siempre “conjugando todos los intereses, sin contraponer los comerciales a los del resto de la población, ni hipotecar nuestros pasos fronterizos hasta el punto de que transitar a través de ellos resulte un imposible”.
