Desfachatez, disfrazada de victimismo.

La Semana. MH, 24/11/2025

Por: J.B.

 

Un pasaje de una novela, ambientada en las fechas anteriores al estallido de la II Guerra Mundial y en pleno auge del nazismo en Alemania, de Carla Montero, “La dama de la niebla”, que compré recientemente (en un mercado solidario organizado por el Ayuntamiento de Madrid en su sede del Palacio de Cibeles, en una ciudad, Madrid, viva como pocas), me recuerda mucho, por desgracia para todos los españoles, a la situación actual de nuestro país:

Decía lo siguiente, en la novela, poco antes del estallido de la guerra, un piloto alemán de carreras: “A mí también me engañaron. Pero esa gente no ha hecho más que deteriorar la convivencia y generar odio y enfrentamiento. Tendrías que vivir allí para entenderlo. No es que forme parte de tu rutina, ni que te tropieces con ello cada vez que sales a la calle; y, si perteneces a determinados ambientes puedes aislarte e ignorarlo, puedes llegar a creer que todo va bien. Ellos consiguen que te lo creas porque se han hecho con el control de los medios y de las instituciones, porque moldean el mensaje y manipulan la opinión pública a su antojo. Ni siquiera la economía va bien, en realidad, solo se sostiene de forma artificial con un gasto público descontrolado.  Por eso Hitler necesita que haya guerra, tiene que conseguir recursos para seguir alimentando la máquina. No, esa no es la Alemania que yo quiero. Como tampoco quiero esa guerra que acabaran por hacernos creer que es buena para nosotros”.

Si cambiamos Hitler por Sánchez, se podría concluir que estamos en los inicios del “nacional-sanchismo” (entonces era el “nacional-socialismo”).

¿Les suena? Es un calco de la actual y triste situación de España. Si cambiamos Hitler por Sánchez, se podría concluir que estamos en los inicios del “nacional-sanchismo” (entonces era el “nacional-socialismo”). Ahora mismo sólo hay dos cosas que no dejan a Pedro ser igual que Adolf: la independencia de algunos jueces y organismos judiciales y la independencia de algunos medios de comunicación. Si Sánchez y compañía consiguen, como pretenden, amordazar el poder judicial (un paso decisivo sería que consiguiera que las instrucciones fueran realizadas por los fiscales, que, como dice Pinocho, dependen del Gobierno) y controlar a los medios, el proceso de gemelización habrá concluido y el futuro de España será tan negro como el fondo de la bandera nazi.

¿Victimas? Ja, ja, ja…

El fiscal general ha sido condenado por caradura, por mentiroso y por esbirro de alguien superior al que no ha querido comprometer. La “obediencia debida” a quien te provee el pan… y, cree el FG, le proveerá, es la causa de que se haya comido él el marrón y no haya soltado la lengua para decir quién, qué y cómo le ordenaron desde arriba… La inhabilitación de 2 años acaba pronto y hay muchos lugares de gran sueldo (algo que saben muy bien los del PNV, la fontanera, amigos y exministros varios, etc.) donde le pueden colocar….

Controlan, como los nazis, el mensaje y pretenden acatar sin acatar, criticar sin que parezca que se critica o quitarnos libertades sin que lo parezca.

El circo de Sánchez se siente ultrajado, son víctimas de “decisiones políticas”, dicen sin reparo. La desvergüenza, como la mentira, no tiene límites con este gobierno, que, como los nazis, quiere hacernos creer que, haga lo que haga, todo es por nuestro bien.

Si Cataluña recibe más, es por el bien superior de la convivencia; si colocan al hermano sin trabajar y tras un proceso amañado, es una mentira de la que es víctima el “santo” Pedro; si condenan al fiscal general es porque hay muchos jueces fachas y no dudan (al menos eso nos quieren hacer creer) de que él no hizo nada malo; Si ahora ven los sucesivos informes de la UCO sobre financiación ilegal, mordidas, robos, amaños, etc, afirman que no sabían nada y que parece que hay alguna cosilla….

Como decían en la novela, sobre Hitler y los nazis: “Ellos (el PSOE actual, Sánchez y sus socios) consiguen que te lo creas porque se han hecho con el control de los medios y de las instituciones, porque moldean el mensaje y manipulan la opinión pública a su antojo. Ni siquiera la economía va bien, en realidad, solo se sostiene de forma artificial con un gasto público descontrolado”.

El colmo de la desfachatez es ver cómo un ministro de Justicia de España (da vergüenza ver y comprobar cómo se puede ser tan vergonzosamente servil al jefe) defiende lo indefendible:

   Félix Bolaños ha asegurado que el Gobierno tiene “el deber legal” de respetar el fallo en el juicio del fiscal general del Estado, pero también el “deber moral de decir públicamente” que no lo comparten. El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes ha declarado que defienden “la inocencia del fiscal”.

(PP y Vox deben) cambiar la Ley Electoral, para que se acabe esta tortura que supone que unos pocos hagan lo que quieran con España y los españoles. ¿Lo harán? Veremos.

Los maestros de la confrontación como forma de gobierno que nos dirigen (esperemos que por poco tiempo), controlan, como los nazis, el mensaje y pretenden acatar sin acatar, criticar sin que parezca que se critica o quitarnos libertades sin que lo parezca. Su objetivo es claro: todos iguales, pobres y dependientes de sus dádivas.

Posdata: El nuevo fiscal general no será mejor ni más independiente que el actual. Que no lo digan muy alto (el PP y/o Vox) ahora, para que los separatistas de Junts no se replanteen el “supuesto boicot a Sánchez”, pero lo primero que tienen que hacer, en cuanto alcancen el poder, es cambiar la Ley Electoral, para que se acabe esta tortura que supone que unos pocos hagan lo que quieran con España y los españoles. ¿Lo harán? Veremos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Desfachatez, disfrazada de victimismo.