La familia Mohand López se ha dirigido a este medio para denunciar la situación que sufren los mayores que están ingresados en la planta medicalizada de la Residencia de Mayores de Melilla. Así nos lo explican en esta carta que ofrecemos íntegramente:
Así es la situación que estamos sufriendo la familia desde hace más de dos meses.
Un familiar lleva ingresado en la primera planta de la residencia (planta medicalizada del INGESA, libre de COVID) más de dos meses y su recuperación y alta no se prevé cercana.
¿Cuál es el problema? NO NOS PERMITEN VISITARLE. Para visitarle tenemos que realizarnos una prueba PCR y quedarnos ingresados de 4 a 5 días con él y esto es IMPOSIBLE, todos los miembros de la familia trabajamos, ¿quién puede pedir en su trabajo tantos días sin una justificación dispuesta por ley?, ¿qué autónomo puede cerrar su negocio tantos días sin generar pérdidas?
Y yo me pregunto, acaso los médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, limpiadores… en definitiva, trabajadores de dicha planta ¿no son susceptibles de coger el COVID? ¿no hacen su vida normal cuando no están trabajando? Igual que ellos tienen todo el derecho del mundo a hacer su vida cuando no están trabajando, nosotros tenemos el derecho a visitar a nuestro familiar cuando podamos y queramos o es que, por no trabajar para el INGESA, ¿tenemos más posibilidades de coger COVID?
Mi familiar tiene tres vacunas puestas ya que es una persona mayor, toda mi familia está vacunada con la pauta completa y estamos dispuestos a hacernos las pruebas necesarias, ¿qué más tenemos que hacer?, ¿cuánto más tenemos que llorar? Él ha dejado de comer, de hablar, de sonreír porque no le permiten ver a su familia, está sondado para introducirle comida, una persona que era pura vitalidad por una infección de orina de repetición, ¿es normal esta situación? La familia estamos con ataques de ansiedad, insomnio y una sensación en el pecho que no nos deja vivir porque sentimos que queremos visitarle, darle de comer, estar con él y ayudarle a que salga de ahí y no nos dejan, todo son puertas cerradas. Hemos hablado con el hospital, con INGESA, con la residencia de mayores y todas las respuestas son negativas.
¿Hasta cuándo va a durar esta situación?, ¿se tiene que morir solo como tantas otras personas? A penas hay casos de COVID en la ciudad, así que pedimos por favor, mi familia y yo que revisen ya este protocolo que nos está quitando la alegría de vivir.
Por último, no quisiéramos terminar sin mostrar nuestro un agradecimiento para todo el personal sanitario de la primera planta de la residencia del INGESA que se están portando muy bien con mi familiar y hacen lo que pueden, no depende de ellos dejarnos entrar o no.”
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Tienes toda la razón, tu familiar no es un mueble y si está consciente necesita el apoyo y el cariño de su familia, esa es la mejor medicina en muchos casos. Mucha suerte y que se acabe pronto el martirio.
Pues a denunciar. Tan fácil como poner una denuncia, porque por ley no pueden ni siquiera exigirte PCR o antígeno para entrar, por mucho que pongan ellos sus normas internas, que en ningún caso pueden ser contrarias a los publicado en boletín. Basta ya de tanta dictadura.