Del pasado, al futuro

Melilla, no se puede permitir perder más tiempo, teniendo en cuenta que faltan solamente días para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado en los que son vitales que la ciudad enganche su vagón al tren, porque es mucho lo que nos jugamos en un futuro inmediato.
Razón tienen, al decir tanto la consejera de Cultura, Simi Chocrón, como el propio director del Archivo General e Histórico de Melilla, Vicente Moga que en ocasiones a los archivos no se les da la misma importancia que se concede a bibliotecas o museos. De ahí que la responsable cultural de la Ciudad Autónoma mostrara ayer, en el acto en el que cada año se conmemora el Día Internacional del Archivo, especial interés en felicitar al fantástico equipo que dedica con entusiasmo y profesionalidad su labor diaria para conservar en las mejores condiciones la mayor documentación posible sobre nuestras raíces, circunstancias y demás elementos que conforman nuestros orígenes y, en definitiva, nuestra Historia. Y es que un país, una ciudad o una localidad sin historia es un lugar, en cierta forma, huérfano.

En Melilla es el Hospital del Rey quien custodia la documentación que a lo largo de décadas e incluso de algún que otro siglo, tal como se puede contemplar desde ayer en la muestra ”La memoria preservada”- Una exposición, que, por primera vez, saca a la luz unos valiosos documentos procedentes de los fondos del Archivo Histórico de Melilla. Con la tipología propia de los protocolos otorgados en las Escribanías de Guerra de Melilla, se ofrece una amplia selección de impresos, datados entre 1730 y 1886, referidos a aspectos tan diversos como los poderes de otorgación, las transmisiones patrimoniales de todo uso como las ventas, arrendamientos, deudas o los testamentos o las denuncias.

Ayer se recordaba la importancia de los archivos en el devenir de cualquier ciudad y en nuestro caso del melillense. Evocar es rememorar, es recuperar y asumir la memoria dejada atrás por la premura del tiempo y la caducidad de los cuerpos; es también compartir el pan y la sal de la historia de una ciudad-fortaleza que lo sabe casi todo de la supervivencia y del olvido.

Pero en la cara opuesta del pasado nos enfrentamos con el futuro. Y el inmediato, tanto en nuestra ciudad como en otras capitales y regiones españolas pasa, tras la emisión en las urnas el pasado 24M de la voluntad soberana que en Democracia corresponde a la ciudadanía, por una convulsa etapa de coaliciones y pactos. en muchos casos contranatura por el ansiado poder o, en ocasiones, por simple odio o afán de venganza de responsables de formaciones políticas enfrentadas entre sí. Y en medio de toda esa vorágine los atónitos ciudadanos viendo cómo se utiliza su decisión emitida a través de su voto, en función de los intereses e incluso de las fobias personales.

Ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, pedía a Mustafa Aberchán, presidente de Coalición por Melilla, que no se demorara más. a través de impugnaciones electorales, al parecer con escaso futuro a tenor de los primeros rechazos tanto por parte de la Junta Electoral de Zona, como ahora por la Central, la creación de un nuevo gobierno.

Melillano se puede permitir perder más tiempo, teniendo en cuenta que faltan solamente días para la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado en los que son vitales que la ciudad enganche su vagón al tren porque es mucho lo que nos jugamos en un futuro inmediato. El acuciante paro, fundamentalmente, y un buen número de situaciones pendientes de mejora o resolución hacen que sea imperiosa la creación de un nuevo gobierno que se ponga las pilas para afrontar, en firme y sin vacilación, el futuro a corto plazo de una ciudad integrada por mas de 87.000 habitantes que requieren la máxima atención de sus representantes públicos.

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