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Contra la "corrección política"

Que Ciudadanos le esté "robando" votos es la consecuencia inevitable y eso, de cara a las elecciones locales de mayo de 2019, es merecedor de un atento análisis sobre la situación política en nuestra ciudad, donde la tantas veces por mí defendida, y ahora por tantos aludida, "estabilidad" es algo en peligro evidente” Siempre he sentido profunda simpatía por los historiadores anglosajones hispanófilos. Entre ellos destacaba y destaca el estadounidense Stanley G. Payne, que acaba de publicar un magnífico, apasionante libro más sobre España, con un título muy de agradecer: "En defensa de España. Desmontando mitos y leyendas negras". Un libro que recorre desde los hechos fundacionales de España en los orígenes de Occidente hasta lo que él titula como los españoles del siglo XXI ante su historia, pasando por la expansión de España en el mundo, el camino al 18 de julio (de 1936) y la Transición.

Ahora que afortunadamente se ha vuelto a poner de moda, con los lamentables acontecimientos separatistas y podemitas de fondo, defender a España, es bienvenido y bien vendido -está en las listas de los más vendidos en la categoría de no ficción- este libro de Payne, del que entresaco algunas notas sobre el pasado español que se refleja ahora en nuestro presente.

Payne hace un riguroso análisis sobre nuestra Transición, con un diagnóstico final elogioso: A pesar de sus errores, la Transición fue un gran éxito…Su lugar de honor es totalmente merecido. El principal fallo que se cometió en la Transición fue "plantear equivocadamente la política autonómica…que amenaza la coherencia y la unidad del país, como lo entendía el propio Josep Tarradellas, primer presidente de la Generalitat restaurada". Lo que no se hizo (en la Transición) fue utilizar la historia de forma partidista y como arma de propaganda política. No se hizo hasta la campaña electoral socialista de 1993, cuando "los socialistas volvieron a su antigua idea de la hiperlegitimidad, es decir, empezaron a olvidar la historia". "Nadie deseaba -al elaborar y aprobar la Constitución de 1978- repetir los errores de la Segunda República, que es lo que pretende hacer la extrema izquierda actual con su ausencia total de sentido de la historia".

Es genial el análisis de Payne sobre el posmodernismo y el pensamiento único, el nuevo progresismo de pensamiento único, también denominado "corrección política", cuya tendencia natural es hacia el igualitarismo, que "es un concepto y un objetivo que no se encuentra reflejado en la realidad: los seres humanos no son iguales ni en el plano físico ni en el intelectual ni en el moral… y así se configura otro aspecto de esta cultura, el multiculturalismo, que no es más que un nuevo oxímeron, ya que cualquier sociedad tiene su propia cultura, pues de contrario no sobreviviría como sociedad". El Gobierno español, responsable máximo de -como hace Macron en Francia, "ni complacencia ni olvido ni amnistía"- defender la unidad de España, no solo hace poco, vistos los resultados, sino que, además, comunica muy mal, como con vergüenza, lo poco que hace, como si le diera vergüenza lo que está haciendo.

Que el PP padece una enorme torpeza dialéctica frente a la izquierda y comunica fatal es tan viejo como el partido, es algo público, notorio y, desde el punto de vista de la eficacia gubernamental, lamentable. Que se ha dejado vencer, sin luchar, por el progresismo de pensamiento único, por lo políticamente correcto de la izquierda, es evidente. Que, tras apenas luchar contra el independentismo, ha llegado a ser irrelevante en Cataluña y el País Vasco, es política y democráticamente lamentable. Que Ciudadanos le esté "robando" votos es la consecuencia inevitable y eso, de cara a las elecciones locales de mayo de 2019, es merecedor de un atento análisis sobre la situación política en nuestra ciudad, donde la tantas veces por mí defendida, y ahora por tantos aludida, "estabilidad" es algo en peligro evidente (recuérdese el resultado de las últimas elecciones locales y lo triste del acuerdo posterior para salvar la gobernabilidad). No querer verlo es un error, que no garantiza la ansiada estabilidad, sino todo lo contrario.

Posdata
Pilar Rodríguez-Guerra Mozo, delegada de Trasmediterránea en Melilla, fue nombrada legionaria de honor el sábado 3 de febrero. Pilar se merece esa distinción y también muchas más. A lo largo de mi vida profesional he conocido a muchas personas de enorme valía en el ejercicio de sus funciones y trabajos, en todos los niveles, desde los más altos a los más bajos. Siempre he admirado a los que quieren hacer bien lo que hacen y disfrutan haciéndolo. Ellos, habitualmente anónimos, son los que verdaderamente sostienen a nuestra sociedad, no los que presumen de hacerlo, cobran mucho y hacen bien poco. Personas como Pilar son las que han sacado adelante, una y otra vez a lo largo de la historia, a nuestra España. Calladamente, diariamente, automotivadamente. Pilar, a la que admiro, es un ejemplo de esa labor admirable, un lujo para la compañía en la que trabaja y para la ciudad -la nuestra- que disfruta de su callada, prudente, incesante, eficacísima labor. Como te digo siempre que te veo, Pilar, te mereces lo mejor.

Oigo un CD de poemas de Federico García Lorca cantados por diferentes artistas, "Poetas en Nueva York", poemas escritos durante su corta estancia en la gran ciudad norteamericana. Uno de ellos, Pequeño vals vienés, lo canta, espectacularmente bien, como en él es habitual, Leonard Cohen. Empiezan así el poema y la canción: "En Viena hay diez muchachas/ un hombro donde solloza la muerte/ y un bosque de palomas disecadas/ Hay un fragmento de la mañana/ en el museo de la escarcha/ Hay un salón con mil ventanas/ Ay, ay, ay, ay. Federico era un enorme poeta español, siempre angustiado. Su memoria como gran artista perdura y forma parte destacada de nuestro inmenso patrimonio cultural español. (Recuerdo dedicado a la poetisa Ángela Becerra).

Enrique Bohórquez López-Dóriga

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