Como un azucarillo

Como si fueran un azucarillo en un vaso agua se van disolviendo los "grandes escándalos" judiciales que los partidos minoritarios de la oposición han orquestado durante toda la legislatura con sus denuncias como estrategia política para tener alguna esperanza de ganar en las próximas elecciones Como si fueran un azucarillo en un vaso agua se van disolviendo los "grandes escándalos" judiciales que los partidos minoritarios de la oposición han orquestado durante toda la legislatura con sus denuncias como estrategia política para tener alguna esperanza de ganar en las próximas elecciones. La secuencia de los hechos empieza a demostrar que lo ocurrido en estos últimos años ha montado mucho ruido, pero que en realidad parece que podría haber muy pocas nueces, muchas menos de las que han venido anunciando reiteradamente PSOE y PPL, que van de la mano en su objetivo de hacer mucho ruido a pesar de que son dos partidos con ideologías opuestas cuya capacidad de representación no llega ni a una quinta parte en la Asamblea. Coalición por Melilla, que triplica en número de diputados a estos dos minigrupos parlamentarios, ha adoptado la opción más responsable e inteligente, que es esperar a que la Justicia se pronuncie para ver qué hay de cierto en todas las denuncias que se interponen desde un bando muy concreto contra el Gobierno. Claro, que como la Justicia es lenta esta opción requiere paciencia, algo de lo que carecen PSOE y PPL, con la vista puesta en la fecha de las próximas elecciones, mayo de 2015.

Estos grupúsculos parlamentarios se frotaban las manos ante tantas causas abiertas contra el Gobierno en los tribunales. Ello, aun cuando PSOE y PPL no pueden dar demasiadas lecciones por tener en sus filas a unos cuantos imputados, procesados y hasta condenados. Sin embargo, estas causas van quedando poco a poco en nada y, como decíamos al inicio, se van diluyendo cual azucarillo. Ya lo vimos en el caso de la Mesa de Contratación, que quedó sobreseído. Lo hemos empezado a ver en la Operación Ópera, que sigue instruyéndose, pero con pocas expectativas de que esto vaya a llegar a algún sitio por lo que se ha comprobado tras el levantamiento parcial del secreto de sumario. Y esta misma semana se repite la historia en el caso de la contratación de abogados externos, en el que el juez ha archivado la imputación del interventor accidental tras escuchar su declaración. Estaba claro que algo así tenía que ocurrir, habida cuenta que Francisco Javier Platero lleva menos de dos años desempeñando esta responsabilidad y la imputación en este caso y el de la Operación Ópera se remontan a mucho antes. Lo ilógico es que se le haya provocado tanto daño con estas imputaciones e incluso una detención, que le han llevado a dejar voluntariamente este puesto. Quizá aquellos grupos que provocaron la situación tengan que pararse a pensar si vale todo en su particular cruzada por arañar unos cuantos votos. Con el ejemplo de Platero, está claro que no.

Acceda a la versión completa del contenido