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Buenas, y alguna mala, noticias desde Ucrania. Slava Ukraini

Buenas, y alguna mala, noticias desde Ucrania. Slava Ukraini

La ciudad, primera y única capital de provincia que Rusia ha ocupado durante su terrible invasión, ha sido recuperada por el ejército ucraniano. Por sí mismo eso es una gran noticia, pero lo es aún más cuando analizamos su significado político, estratégico y moral.

En lo político recordemos que, hace pocas fechas, Putin, y sus súbditos en las cámaras legislativas, promulgaron una ley anexionando a Rusia cuatro regiones de Ucrania, entre ellas Jherson. Esa ley, obviamente, no ha sido reconocida fuera de Rusia, más que por sus muy pocos aliados súbditos. Incluso China, que navega entre dos aguas en relación con el conflicto, la ha declarado no válida. La ley fue, además de internacionalmente ilegal, infundada, ya que buena parte de los territorios que Rusia declaró anexionarse como propios, estaban bajo el control del ejército ucraniano. El mayor desprestigio, para Rusia y para la ley, se da ahora con la liberación de la ciudad capital de la región de Jherson que, según Rusia, formaría ahora parte de su territorio.

En cuanto a su significación estratégica, Ucrania ha expulsado a los ocupantes rusos al este del caudaloso río Dniéper, haciendo enormemente difícil una futura potencial progresión de las fuerzas rusas hacia el oeste, a lo largo de la costa del Mar Negro. Por momentos se temió que esa progresión pudiera amenazar la ciudad de Odesa y, como consecuencia, la conversión de Ucrania en un estado sin salida al mar, lo que hubiera supuesto una importante limitación para su futuro. Además, se abren posibilidades estratégicas para Ucrania. Podrían, a medio plazo y teniendo en cuenta la necesidad de no dejar un vacío logístico en su retaguardia por la existencia del importante río, continuar su progresión hacia el este y amenazar directamente, o incluso aislar, la península de Crimea. Al amparo del río, como importante obstáculo a un posible contrataque ruso, también podrían liberar fuerzas para emplearlas en el este del país, donde ya han estado obteniendo importantes triunfos. Analizando los importantes éxitos estratégicos que Ucrania ha obtenido hasta el momento, podemos asegurar que estas y otras posibilidades, ya están siendo estudiadas. Y que podrán materializarse, si los países occidentales continúan con su apoyo.

En cuanto al aspecto moral, es fácil suponer que las fuerzas armadas de Ucrania, y el pueblo ucraniano, ven incrementada su voluntad de vencer al enemigo ruso, al considerarlo cada vez más factible. Además, los recientes ataques rusos sobre la infraestructura ucraniana parecen estar teniendo el efecto contrario al que Rusia esperaba, reforzando dicha voluntad para combatir al ahora considerado terrible enemigo, por sus repugnantes y continuas violaciones de los derechos humanos y sus ataques indiscriminados a la población civil.

La ocupación de Jherson se preveía iba a suponer una dura batalla, casa a casa, puerta a puerta, para las tropas ucranias. Pero el hecho de que las tropas rusas la hayan abandonado, sin lucha, puede tener explicaciones no obvias, desde aquí. Es cierto que el suministro logístico a las tropas rusas en la ciudad se veía muy dificultado por la necesidad de hacerlo a través de un río, batido por la artillería ucraniana. Pero eso no supuso un obstáculo durante el sitio de Sebastopol, ciudad al sur de la península de Crimea, en el que durante la Segunda Guerra Mundial las tropas de la Unión Soviética, cercadas por las fuerzas de la Alemania nazi, resistieron entre el 30 de octubre de 1941 y el 4 de julio de 1942, con importantísimas bajas por ambos bandos. Podemos afirmar, con seguridad, que la moral de combate de los soviéticos en Sebastopol no es la misma que la de los rusos en Jherson.

En todo caso, los soldados ucranianos se mueven por Jherson cuidadosamente, dada la presencia de minas y trampas explosivas, además de posibles saboteadores rusos que hayan permanecido en la ciudad, abandonando sus uniformes, para actuar cuando lo consideren. Lo que es muy posible, dada que la retirada rusa de las ciudades alrededor de Jherson fue más metódica y mucho menos caótica que la retirada del área de Kharkiv, en el noreste de Ucrania, en septiembre.

Un ejemplo de ello es Snihurivka, donde varios miles de soldados rusos salieron de la ciudad en los últimos días. Según mandos ucranianos, el movimiento estuvo bien organizado, ya que las tropas rusas se retiraron en convoyes durante dos o tres días, cubriéndose con disparos de artillería hasta completar su retirada.

Otra buena noticia es que, tanto los Estados Unidos como otros países de la OTAN y de la Unión Europea, siguen apoyando con armamento, inteligencia y demás elementos necesarios, al ejercito ucraniano y a la población civil. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, anunció el jueves otros 400 millones de dólares en ayuda militar para Ucrania, incluidos los sistemas de defensa aérea que se necesitan desesperadamente, en una medida que subraya el compromiso de Washington con Ucrania, tras las elecciones de mitad de período celebradas esta semana en Estados Unidos. El Pentágono dijo que el paquete, entre otros muchos materiales, incluiría vehículos de defensa aérea que disparan misiles Stinger, así como más misiles para los sistemas de defensa aérea HAWK, que ya están siendo proporcionados por España.

Y ahora comentar las malas noticias.

Tras la invasión, el volumen de negocio de varios países con Rusia, entre ellos muchos amigos de Ucrania, ha aumentado considerablemente en algunos casos y exponencialmente en otros, a pesar de las sanciones. Citar el caso de India (+310%); Turquía (+198%); Brasil (+106%); Bélgica (+81%); China (+64%); Holanda (+32%) y destacar, por lo que nos concierne que en el caso de España, el volumen de negocio con Rusia se ha incrementado en un (+57%).

Gonzalo Fernández

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