Un viernes negro: la frontera de Beni-Enzar taponada por cientos de vehículos, la mayoría de marroquíes pudientes que vinieron esa jornada a pasar el día en Melilla, y una frontera de Farhana cerrada, que provocó grandes retenciones que alcanzaban la calle General Astilleros Un viernes negro: la frontera de Beni-Enzar taponada por cientos de vehículos, la mayoría de marroquíes pudientes que vinieron esa jornada a pasar el día en Melilla, y una frontera de Farhana cerrada, que provocó grandes retenciones que alcanzaban la calle General Astilleros.
Según explicaron fuentes policiales, se formaron cuatro grandes colas en el lado español que se convertían en una sola fila cuando se alcanzaba el control policial, con la consiguiente lentitud en el paso de automóviles de un lado a otro.
Las fuentes consultadas por este periódico no se ponen de acuerdo sobre de quién es la responsabilidad de crear este embudo porque mientras unos responsabilizan a las autoridades españolas, otros en cambio echan las culpas a las autoridades marroquíes, en una jornada como la del viernes en la que está prohibido el comercio fronterizo y teóricamente sólo está permitido el paso de turistas que suelen venir a Melilla a tomar algo en cafeterías, bares y restaurantes, y comprar en los establecimientos, tanto del centro como del nuevo parque comercial.
Sea como fuere, con situaciones como la registrada ayer, es imposible que se beneficien ambas partes, por un lado Melilla con el paso de personas con poder adquisitivo que dejan su dinero en la ciudad y por otro para los ciudadanos de Marruecos que disfrutarían de una salida sin las complicaciones actuales.
De este modo, no hay manera de despegar y mejorar el tránsito fronterizo, y lo que es peor, puede que de tanto endurecer los requisitos de pasar de un lado a otro, convirtiendo cuatro grandes colas de vehículos en una sola, acabe por desesperar a los marroquíes que quieren venir a Melilla a pasar el viernes y el sábado para disfrutar de la ciudad y ya no lo intenten más con el consiguiente perjuicio.
Porque imaginen una familia de varios miembros, con medios económicos y con una posición en Nador, ¿qué necesidad tendrá de soportar varias horas de cola en Melilla? Terminaremos por aburrirlos si no se pone remedio.
Como decimo más arriba, no sabemos de quién es la responsabilidad de estas retenciones como la de la imagen tomada ayer, pero algo se deberá hacer, empezando por lo que tenemos más cerca, la Delegación del Gobierno, para intentar acabar con esta situación si es su responsabilidad o iniciar los contactos necesarios con las autoridades marroquíes para que hagan de su parte para que la frontera y la barrera infranqueable.
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