A través de nota de prensa, ACAIP-UGT, sindicato mayoritario en el ámbito de prisiones, ha querido poner en conocimiento de la opinión pública, el peligro que supone para la integridad física de los funcionarios el desarrollo de su profesión en la Cárcel de nuestra Ciudad Autónoma.
Según indica el comunicado, el peligroso aumento de la incautación de armas blancas en la prisión de Melilla, tiene en alerta a los trabajadores del centro penitenciario.
Se trata de armas de fabricación artesanal, que se convierten en elementos “muy peligrosos” tanto para los empleados públicos, como para los internos.
Tal y como expresa ACAIP-UGT, estos «pinchos carcelarios» son fuente de conflicto en el interior de las prisiones y empleados por los internos para coaccionar y extorsionar a otros presos; así como para atacar a internos rivales; pudiendo, incluso, ser empleados contra los funcionarios.
Aseguran que no se trata solo de la peligrosidad que un picho tiene de por si, por su capacidad de herir gravemente, sino también, por las infecciones derivadas de las heridas que provocan.
Los elementos utilizados para la elaboración de estas armas son de lo más variopintas. Elementos que pueden presentar oxidación, suciedad o cualquier otra característica, que aumenta su capacidad de hacer daño al sujeto contra quien se emplee.
Son muchas las fuentes de las que se obtiene estos materiales, como hierros oxidados, latas de conservas, marcos de ventana, elementos estructurales de las literas y un largo etcétera.
El pasado sábado, en el departamento de preventivos del centro de Melilla, fue requisado un pincho de grandes dimensiones en el transcurso de una pelea entre internos, que se produjo en el cierre de la población reclusa. Hecho que supuso la necesaria e inmediata intervención de los funcionarios del centro para evitar una tragedia, exponiendo su propia integridad física.
