Abaratar los transportes

Hay que seguir trabajando mucho en abaratar el transporte y potenciarlo, porque sigue siendo nuestro talón de Aquiles que nos dificulta no ya solo nuestro desarrollo económico y turístico, sino también el día a día y eso es algo que no nos podemos permitir Que coger el barco o el avión sea más barato para quienes vivimos en Melilla y también para aquellos que residen lejos y quieren venir a la ciudad. Este es el gran anhelo de todos los melillenses desde siempre, cansados de tener que hacer grandes desembolsos para poder moverse por su país al no poder hacerlo en su propio coche, como el resto de compatriotas, y depender de los transportes aéreo y marítimo. La Ciudad Autónoma se lo ha marcado también como objetivo porque quiere impulsar el turismo y que este se convierta en un pilar importante de nuestra economía. Y aunque llevaba ya unos años trabajando en esa dirección con los bonos de transporte, aunque sin un efecto revolucionario que haya marcado un antes y un después en el turismo, las medidas que ahora pretende poner en marcha tratan de ir más allá rompiendo la brecha que existe entre los precios que pagamos los residentes y los que pagan quienes no viven aquí, separados por un 75 % de diferencia.
El propósito es importante porque si los precios que pagamos los melillenses nos parecen caros cuando tenemos que desplazarnos de manera imprevista, imaginen a un no residente, que paga menos por viajar a otros países que son destinos turísticos que por venir a Melilla. La lógica y la cartera se imponen y esos posibles turistas que tenemos en la otra orilla prefieren irse al extranjero antes que dar el salto hacia acá en barco o en avión. Así es imposible que nuestro desarrollo turístico despegue de manera decidida, de ahí la necesidad de cambiar las tornas. El presidente Juan José Imbroda anunció varias medidas que buscan ese giro para atraer nuevos turistas con precios más asequibles. Medidas que podrían estar en marcha antes de que acabe este mismo año.
Una de ellas es la mejora del programa de minicruceros, por el que la Ciudad Autónoma oferta 400 plazas semanales para viajar en fin de semana a precios reducidos en barco. El objetivo es bajar sus precios para que los turistas paguen un 75% menos, igual que los residentes, que tienen derecho a ese porcentaje de bonificación estatal a la hora de viajar.
Otra de las medidas es abaratar el barco y el avión a determinados colectivos que son potenciales turistas de Melilla por la vinculación que ya tienen con la ciudad. Es el caso de los familiares de los residentes y los emigrantes nacidos en Melilla, pero también los asistentes a congresos y actividades deportivas. Todos ellos tendrán las mismas tarifas que los residentes en la ciudad gracias a un programa específico de transporte marítimo en el que está trabajando el Gobierno local, que también estudia las fórmulas administrativas para bonificarles al 50% su billete desde Madrid y Málaga.
Además, la Ciudad Autónoma está trabajando en otro programa «muy avanzado» para reservar a personas no residentes varias decenas de billetes de fin de semana, a 50 euros, ida y vuelta, en vuelos desde Málaga hacia Melilla, y al mismo tiempo, ya ha mostrado su objetivo de desarrollar la oferta hotelera facilitando el emprendimiento en este sector ofreciendo suelo a buen precio y ayudas específicas.
Son buenas medidas, pero como decía ayer Coalición por Melilla, deberían ir acompañadas de otras para potenciar nuestros transportes y evitar lo que está sucediendo de un tiempo a esta parte, y es que la gran demanda supera la oferta y nos vemos casi atrapados en la ciudad sin posibilidades de salir y entrar en momentos de gran demanda, como vacaciones y puentes festivos. Ese es el problema que nos encontramos desde que se hizo efectivo el aumento de la bonificación al 75% para residentes ya logrado en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este año y el cambio de barco en la línea de Motril, donde se han perdido cientos de plazas semanales por las menores dimensiones del Volcán de Tauce frente al Volcán de Tinamar. Hay que seguir trabajando mucho en abaratar el transporte y potenciarlo, porque sigue siendo nuestro talón de Aquiles que nos dificulta no ya solo nuestro desarrollo económico y turístico, sino también el día a día y eso es algo que no nos podemos permitir.

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