A vueltas con Motril

Está claro que Motril quiere seguir haciendo caja con los melillenses, aunque eso sea a costa de boicotear nuestras "carreteras" a la península, lo cual no deja en buen lugar a nuestra ciudad hermana. Mucho menos si es cierto que intentaron llevarse esta ruta a Nador para dejar a Melilla sin competencia en el transporte marítimo y con el monopolio de antaño, como ayer aseguraron Imbroda y Mateo. Que los melillenses no se dejen engañar: aunque en Motril estén disfrazando el debate como una lucha en beneficio de las dos orillas, en realidad sólo miran por la suya de una manera poco ética y que raya la deslealtad Cuando al fin parecía que se había resuelto el problema enquistado de la adjudicación del contrato marítimo de Melilla, gracias a un pliego de condiciones mucho más atractivo que permite conjugar los intereses de las compañías marítimas y la necesidad de los melillenses de estar bien conectados, ahora vivimos un nuevo sobresalto provocado por quienes están a la otra orilla. En Motril llevan ya tiempo provocando una alarma respecto a la línea que la Naviera Armas estableció en el verano de 2011 porque esta conexión no está incluida en el contrato marítimo del Ministerio de Fomento, y no lo está no por capricho de quienes gobiernan, sino porque no está declarada como obligación de servicio público.

Es importante tener claro que en estos momentos no es posible dicha declaración porque esa figura, regulada por la Unión Europea, únicamente se contempla para aquellas líneas aéreas o marítimas que es necesario mantener y que estarían sin cubrir si no fuera por el respaldo de la financiación estatal. No es el caso de la línea Melilla-Motril, no porque no sea una conexión importante, que para esta ciudad lo es, sino por el hecho de que ya hay una compañía que la opera por sí misma y no tiene intención de dejar de hacerlo. Al menos, así lo ha expresado muchas veces la Naviera Armas para desmentir el mensaje interesado de quienes sólo buscan crear una alarma sobre esta línea, fundamentalmente ciertas instituciones y entidades de Motril y el PSOE.

Desde MELILLA HOY ya hemos apuntado varias veces a que el debate sobre este asunto parte de una base equivocada, y ayer el presidente Imbroda incidió en esta reflexión al señalar que en Motril han impugnado el contrato no porque la línea marítima que nos une con la Costa Tropical corra el riesgo de desaparecer, sino porque tienen miedo de la competencia que puede generar el contrato respecto a los puertos de Málaga y Almería, habida cuenta que éstos ya tienen garantizado el funcionamiento de las líneas mediante el contrato de servicio público y el de Motril está sujeto al libre mercado, que depende exclusivamente del negocio que pueda ofrecer el servicio que se presta en esa conexión marítima. Los motrileños, sean del signo político que sean, deben tener en cuenta que la finalidad del contrato marítimo no es que los puertos ganen dinero, sino garantizar que los melillenses puedan desplazarse por su país.

El hecho de que en Motril hayan impugnado el contrato marítimo que nos sirve de cordón umbilical con la península sólo por sus propios intereses económicos, refleja el egoísmo con el que en la otra orilla están abordando este asunto, poniendo piedras en el camino para que aspiremos a un mejor contrato marítimo que garantice nuestro desarrollo social y económico. Y todo ello, convenientemente alentado por los intereses políticos del PSOE, que fue el primero en azuzar, asustando a todo el mundo con una hipotética desaparición de una línea que no sólo sigue adelante, sino que además sigue cosechando récords gracias, entre otras cosas, a la apuesta que Naviera Armas ha hecho por Melilla y la respuesta que los melillenses han dado a su línea y magnífico servicio, ya que pocos motrileños hemos visto por nuestra ciudad haciendo turismo.

Está claro que Motril quiere seguir haciendo caja con los melillenses, aunque eso sea a costa de boicotear nuestras "carreteras" a la península, lo cual no deja en buen lugar a nuestra ciudad hermana. Mucho menos si es cierto que intentaron llevarse esta ruta a Nador para dejar a Melilla sin competencia en el transporte marítimo y con el monopolio de antaño, como ayer aseguraron Imbroda y Mateo. Que los melillenses no se dejen engañar: aunque en Motril estén disfrazando el debate como una lucha en beneficio de las dos orillas, en realidad sólo miran por la suya de una manera poco ética y que raya la deslealtad.

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