Ni Mari Nieves Vida, ni Bely, ni Félix, ni Teresa, ni Francisco. Después de meses de incertidumbre, y una semana desde la operación de la Guardia Civil contra el uso ilícito de las redes sociales, al fin se ha resuelto el enigma de quién estaba detrás del perfil falso de ‘Lisbeth Salander’ en Facebook y Twitter. Se trata de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el pequeño Nicolás. Él mismo lo ha reconocido esta semana al ser llamado a declarar al juzgado, citación en la que, según fuentes judiciales, se derrumbó y confesó que él estaba detrás de dicho perfil y no los nombres que se han estado barajando hasta el momento. Según dijo, pensó en poner en marcha esta campaña de difamaciones después de realizar un viaje a Melilla en el que trataba de ser el intermediario en diversos proyectos prometidos a lo largo de los últimos años en nuestra ciudad. Según la declaración judicial del pequeño Nicolás, a la que ha tenido acceso a MELILLA HOY, éste viajó hasta nuestra ciudad a principios de la legislatura, en el año 2011. Vino atraído por algunos de los macroproyectos incluidos por los diferentes partidos en sus programas electorales, como el parque acuático y el tranvía de Coalición por Melilla (CPM), los billetes de avión a 30 euros prometidos por el PSOE y el acuario que el PP dijo que montaría en el Cargadero del Mineral.
Pero el proyecto que más interesaba al pequeño Nicolás, tal y como confesó él mismo al magistrado, era la posibilidad de habilitar un foso navegable alrededor de Melilla La Vieja que conectara con la dársena pesquera, una obra faraónica prometida hace muchos años por varios partidos políticos que nunca se llevó a cabo. “No entiendo por qué, con la de posibilidades que yo le veo. Podría ser una baza importantísima para que Melilla sea declarada como Patrimonio de la Humanidad”, afirmó el pequeño Nicolás en su testificación.
La venganza
Según explicó en sede judicial, Francisco Nicolás estuvo en Melilla varios días intentando ofrecerse como intermediario para poder llevar a cabo esas obras, con el mismo modus operandi que ya empleó en la Comunidad de Madrid en otros proyectos, como la instalación de Eurovegas en la capital del país. Sin embargo, nadie le hizo caso y se marchó de Melilla con las manos vacías, algo que no le gustó nada. Fue entonces cuando decidió vengarse y para ello creó varios perfiles falsos en las redes sociales, que le servirían para atacar a aquellos que le dieron la espalda.
“Yo soy Lisbeth Salander”, afirmó con rotundidad el pequeño Nicolás en su citación ante el Juzgado de Instrucción 2 de Madrid, que investiga si Francisco Nicolás Gómez Iglesias cometió delitos de estafa, falsedad documental y usurpación de funciones.
