¿Y después, qué habría que cambiar más?

Les doy mi palabra, amables lectores de mis modestas líneas, que me encantaría cuando me siento ante mi máquina de escribir “Olympia” referirme mayormente a cosas, hechos, etc., que dieran lugar a una sonrisa, a un momento agradable, en lugar de, como a mí me ocurre cuando tengo que hacerlo por motivos que molestan,…
… ponerles de mala leche al considerar que ya está bien de “todos los años lo mismo, con idéntica cantinela”. La Sra. o Srta. Dunia Almansouir, diputada del Grupo Coalición por Melilla en la Asamblea gobernante de la Ciudad, opina que el “Día de Melilla se celebre el 25 de marzo”, al entender su partido, claro, que la fecha que CPM propone debe servir a que por la situación actual, represente a toda la ciudadanía…” Una coalición por Melilla que, como es tradicional brilló por su ausencia en los actos conmemorativos de la ESPAÑOLIDAD de este trozo de nuestra NACIÓN.
¿Es o no es motivo lo que acaban de leer para ponerse de mala leche? O sea que, de un plumazo, porque lo pida Coalición por Melilla, la Historia de esta ciudad, parte integrante de España desde el año 1497, empezó según ellos, el 25 de marzo de 1995 cuando se aprobó el Estatuto de Autonomía… De verdad, es para echar lo poco o mucho que uno tiene en el estómago al leer lo de la Sra. o Srta. Almansouir como portavoz, en este caso, de CPM. Y si ocurriera (que no ocurrirá, espero como todos los melillenses de buena cepa) lo que pretende CPM, qué pedirían más adelante que habría que cambiar… ¿La Semana Santa, por ejemplo; las tradicionales fiestas de la Ciudad, las fiestas de Navidad, las de Año Nuevo y Reyes, las festividades religiosas…?
“Entendemos –ha dicho- que el Día de Melilla debe ser un día que represente a toda la ciudadanía, que represente a la situación actual de la Ciudad, una sociedad democrática”. ¡Pues claro que representa a toda la ciudadanía! Lo que ocurre es que hay quienes no quieren ser representados, el caso del partido de la Sra. o Srta. Almansouri y ante esto no se puede obligar a nadie a aceptar , por lo que sea, lo que está constituido desde hace muchísimos años para conmemorar que Melilla es ESPAÑA desde 1497, le pese a quien le pese y a quienes no lo quiere ver así.

Apunta también la repetida diputada “que el Día de Melilla debe representar la situación actual de la Ciudad”. Y –pregunto yo- cuál es esa situación. Y agrega: “que represente también a una sociedad democrática”. ¿Acaso, porque el repetido Día se celebre el 17 de septiembre deja de ser democrático para la ciudadanía melillense?, y digo ciudadanía generalizando no para unos pocos. “Nadie asegura –continúa Almansouri- que este día (17 de septiembre) sea realmente el Día de Melilla en que pasó a ser una ciudad española”. ¿Y lo pone en duda un partido en que todos sus integrantes son de Melilla y, por consiguiente, de nacionalidad española?
Pues sí, efectivamente, se instauró esa fecha siendo presidente de la Ciudad Ignacio Velázquez Rivera; ¿alguien tenía que hacerlo, no? Pero ¿por ese motivo hay que poner en duda la fecha que se considera más cercana para conmemorar, todo el pueblo de Melilla –a excepción los que no estén conformes- tan importante efemérides? Si ustedes creen que no deben hacerlo –celebrarlo- en su derecho están. Pero dejen que la mayoría de melillenses lo hagan porque consideren que así deben hacerlo, entre ellos este servidor de Vd.

P.D. Voy a finalizar esta columna dedicándole unas líneas a mi apreciado y estimado amigo, Andrés Hernández Pozo, creo que muy merecedoras: Mi sincera felicitación, estimado Andrés, por ese “Día de Melilla” que, en su aniversario de Españolidad, tan acertadamente le dedicaste en la misma fecha de su conmemoración.

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