Vuelta la burra al trigo con Napoleón

Leyendo las páginas de este diario del 27 de mayo, observo que la señora Consejera de la “Cosa Culta”, sobre los cambios de nombres en las calles de nuestra ciudad, dice: “Nosotros (imagino por la Corporación Municipal), que la de Millán Astray no tiene nada que ver con un tema de agravio de represión franquista, sino como fundador de la Legión y todo lo que significa esta unidad y estamento militar en nuestra ciudad…”.

Pues muy bien, señora Consejera: y ahora yo, que solo soy un españolito de a pinrel, le pregunto si ese señor, bajito, con sus prismáticos de campaña, y una estrella de ocho puntas, en cada bocamanga, dando la bienvenida a todo el que entra y sale del Puerto, y que al toque de clarín, nos tuvo acojonados a toda España durante 40
años: ¿tuvo algo que ver con la represión franquista, cuando ya era general?. Y no me vale decir que fue el que defendió Melilla de las hordas del rebelde Abdelkrím en 1921, porque como debe saber, horas antes que él, el 24.07.1921, el Rgto. de la Corona n.º 71 desembarcó en el buque “Isla de Menorca”, procedente de Almería, y tras ellos llegaron los tabores de Regulares, y los batallones de Infantería de Borbón, Extremadura y Granada. Y lógicamente también, a media mañana, los legionarios del Tercio de Extranjeros, de Millán Astray, con ese señor bajito como uno más de sus comandantes. Durante la dictadura, algunos rojos de entonces, respecto a ese señor, se consolaban comentando que la cosa peor que ser bajo y gordo, era ser bajito y gordito. Y además con bigotito.

Y como vulgar “mosca cojonera” o “mangangá”, igual que muchos melillenses, que haberlos, háylos a mogollón, me hago, y se la hago a usted y a su jefe, la perenne pregunta: ¿qué coño hace Napoleón en mi ciudad, junto a los grandes Héroes: Daoíz y Velarde, el Alcalde de Móstoles, Palafox, Agustina de Aragón, etc., junto a la emblemática e histórica fecha del Dos de Mayo?. Por favor: ¿Puede alguien autorizado en la materia contestarme de una vez?. Pueden pensar que soy muy pesado, latoso, cargante y aburrido, ¡vale!: definiciones que me importan un bledo, pero sepan que solo soy un melillense que desea que su ciudad rinda un bello recuerdo a los que ofrecieron parte de sus vidas por ella, y Napoleón creo que lo que sí hizo fue invadir nuestro país, gracias a un rey felón, y a cuatros politicastros de mierda, que entonces lo gobernaba, permitiendo aquélla masacre tan ignominiosa en toda España.

Jaime Perich Escala, más conocido como: “El Perich” (1941-1995), escritor, dibujante y humorista, con su retranca, decía que Napoleón Bonaparte creyó hasta el fin de sus días que su nombre era absolutamente ridículo, y que tenía razón. También, con su guasa, decía que la boca es la parte del cuerpo de una persona que se halla en la cara, y según se mira de frente, está llena de una serie de cosas: dientes, lenguas, salivas y sarros que dan mucho asco, cuando están fuera de la boca. Ésta puede estar abierta o cerrada, según, pero eso ya sería meterse en política.

No sé a ustedes, pero a mí siempre me ha parecido extraño que en el franquismo áspero y cruel, con su oscurantismo cuartelario y seudocatólico-meapilas, en nuestra ciudad se rotulase una calle con el nombre de ese general gabacho.

Así que, como ya digo varias veces, y que quede meridianamente claro, como el agua del Bombillo, que si algún día, alguien llevase a cabo estas, mis humildes peticiones, de descolgar a Napoleón de la calle que lleva su nombre, deben colgarle las “medallas” con su correspondiente mesura y alharacas. Para este humilde juntaletras:
NADA DE NADA, aunque sí el deseo de leer también en el frontispicio del Cementerio la leyenda: “CEMENTERIO NACIONAL DE HÉROES DE ESPAÑA”. Pero esa es otra historia, que también debiera ser tratada en los Consejos de Gobierno de la Ciudad. Lo digo porque los que descansan en sus patios y panteones se lo merecen. ¿O no?.

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