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“Vivía para beber. Tenía una vida llena de mentiras y dolor para mí y mis familiares”

La Asociación Alcohólicos Anónimos de Melilla organizaba reuniones semanales para los afectados y mensuales para sus familiares antes de la pandemia en las que cuentan su experiencia y dan apoyo para conseguir mantenerse sobrios

Desde Alcohólicos Anónimos Melilla, diversos miembros han contado su experiencia en el alcoholismo destacando que este no es una adicción, sino una enfermedad cuyo único tratamiento es estar sobrio. Para ello, la Asociación cuenta con diversas reuniones para los afectados de carácter semanal y mensuales para sus familiares, para que estos puedan comprender lo que un alcohólico padece.

Alcohólicos Anónimos incluye a hombres y mujeres que comparten su experiencia y fortaleza. Su único objetivo es mantenerse sobrios.
Asimismo, dejan claro que el alcoholismo no es una adicción, es una enfermedad, tal y como recoge la OMS, y aunque la mayoría de los afectados tiene entre 40 y 50 años, también afecta a personas jóvenes sin distinción de clase alguna.


El Área 10 de Alcohólicos Anónimos incluye a Málaga y Melilla y se compone por un total de 27 grupos en los que comparten sus experiencias y se apoyan unos a otros. Esa es su principal función.
A estas reuniones semanales solo pueden acudir alcohólicos. Sin embargo, todos ellos a final de mes tienen una reunión abierta a la que pueden acudir los familiares, ya que estos en muchas ocasiones necesitan apoyo para comprender lo que padecen los afectados.


Por ello, diversos afectados han decidido hablar ante este periódico acerca de su experiencia y sus vidas antes y después de entrar en el programa de ayuda. “El consumo de alcohol en un día era ilimitado, hasta que el cuerpo aguantara o sufrieran algún golpe o desvanecimiento a causa de tal ingesta. “Esto es lo que distingue a una persona alcohólica de una persona que bebe en ocasiones o de forma habitual. Al alcohólico no puede probar el alcohol. En el momento en el que prueba una gota de alcohol, algo se dispara en el cerebro y es imposible parar”, ha explicado David T., de 42 años. “En mi caso, mi perdición era la cerveza. Tomaba entre seis y ocho litros de cerveza al día. También llegué a consumir cocaína. Descubrí que si mezclaba ambas cosas, podía beber más, hasta 10 o 12 litros de cerveza. Es imparable, no había ningún límite”.


Asimismo, ha explicado que su vida antes era un caos, que “no era vida”. “Bebía para sobrevivir. No pensaba en nada más que beber. Eso te hace tener una vida plaga de mentiras y de dolor y sufrimiento en el que te haces daño a ti pero también a los demás y a quienes te rodean”. En este sentido, ha indicado que a través del programa de los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos ha conseguido vivir en paz y tranquilidad, recobrar la esperanza sin una gota de alcohol en sangre. “Este programa no te ayuda solo a dejar de beber, te ayuda en la vida. Hay una salida a ese mundo y a esa vida”.
El psicólogo y especialista en el ámbito Daniel Ventura ha reconocido que las recaídas forman parte de este proceso de rehabilitación y que se dan en la mayoría de los afectados en distintos momentos difíciles o bajones que sufren las personas que padecen esta enfermedad.


“Las recaídas son algo habituales. Yo reconozco haber tenido varias recaídas, pero lo importante es reconocerlo y contarlo. Hay muchos que recaen y no vuelven a Alcohólicos Anónimos, que no quieren volver a dejarlo y eso es lo peor. Por ello, hay que tener mucho respeto a las recaídas. Ocurra lo que ocurra, la puerta siempre está abierta”, ha asegurado Loreto G., una mujer de 46 años.


En este sentido, Paco S., de 62 años, ha afirmado que lo adecuado es que los alcohólicos acudan a estas reuniones de forma continua y de por vida. “Algunos hay etapas que desaparecen y luego vuelven. También hay compañeros que llevan 40 años sin consumir alcohol y que sirven de ejemplo para los demás”.


La Asociación se compone solamente por personas alcohólicas, excepto su presidente. Además, no tienen un jefe como tal, sino que se componen por servidores de literatura, relaciones públicas…que van rotando sus cargos.


“El alcoholismo no debe ser un tema tabú. Es una enfermedad como puede ser la diabetes o el cáncer. El alcoholismo es crónico y mortal y no tiene tratamiento ninguno. Nuestro único tratamiento es mantenernos sobrios y acudir a las reuniones, por eso tenemos un programa de 24 horas. No empezamos diciendo que no vamos a beber de por vida, sino “hoy no voy a beber y mañana no bebo” Así se nos pasa la vida”.


El teléfono de ayuda es 952 218 211 en Melilla y está operativo todos los días del año a cualquier hora.

Redacción

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“Vivía para beber. Tenía una vida llena de mentiras y dolor para mí y mis familiares”

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