De un muy largo discurso que Putin dirigió al pueblo ruso, justo antes de la invasión a Ucrania, pretendo extraer algunos párrafos que permitan crearse una idea sobre el estado mental de Putin y el de buena parte del pueblo ruso, que sigue sus instrucciones. La información que cada uno de ustedes tiene disponible, incluida la proporcionada por este periódico, les permitirá leer con juicio crítico el resumen que les presento.
Primero, dedica algunos párrafos a afirmar que Ucrania y sus habitantes son parte histórica, cultural y religiosa de Rusia y de su pueblo. Aprovecha también para criticar a sus predecesores, Stalin y Lenin.
“Ucrania no es sólo un país vecino para nosotros. Es una parte inalienable de nuestra propia historia, cultura y espacio espiritual. Estos son nuestros camaradas, los más queridos para nosotros, no solo colegas, amigos y personas que una vez sirvieron juntos, sino también parientes, personas unidas por la sangre, por lazos familiares”.
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