Un vicario que dejó huella

El pasado día 3 falleció en Málaga D. José Carretero Ruiz, vicario episcopal de Melilla durante diez años. Un hombre austero, afable, extrovertido, humilde, cordial, sincero, inteligente, muy buen consejero espiritual y atento con todos los feligreses o cualquier persona, a los que siempre escuchaba con interés y los despedía con amabilidad. Fiel a su vocación, sus sentimientos quedan claramente reflejados en sus artículos periodísticos con títulos como “Los sueños del Vicario”. Un hombre, declaro en el encabezamiento, que dejó una huella imborrable en todos cuantos les tratábamos. Fomentó una gran amistad con el Sr. Obispo emérito D. Ramón Buxarrais Ventura, al que afectó la noticia.

Como presidente de Cáritas, efectuaba visitas a las oficinas de Cáritas Interparroquial donde departía con Feli asuntos propios de su competencia, mezclados con una conversación amistosa. Fue pionero en el acercamiento con otras culturas y religiones, celebrando actos interconfesionales con hombres notables, con los que mantuvo una estrecha amistad, entre otros. Sidi Dris Abdelkader, el Rabino de Madrid y con Abderramán Benyahya, presentándose éste último el pasado día 4 en el despacho de la Parroquia muy afectado.

En el año 2000 fue trasladado a Málaga (Parroquia del Santo Ángel) donde desarrolló una gran labor litúrgica, asimismo fomentando unos talleres a voluntarios cercanos a la Parroquia, siendo muy estimado por todos. Los últimos años, por el peso de su edad y precaria salud, permaneció definitivamente en la Residencia de las Hermanitas de los Pobres, donde residía, al cuidado de las mismas hasta sus últimos días. Tenía una extraordinaria relación con los otros internos, los que siempre eran atendidos y aconsejados cuando era solicitado, manteniendo con ellos una excelente predisposición.

En el 50º aniversario de su sacerdocio, en una hoja Parroquial enumeró todos los lugares donde ejerció su ministerio, incluyendo la Vicaría de Melilla finalizando con estas palabras: “En todos los sitios donde estuve, yo los quise y ellos me quisieron”. Humildemente recabamos de D. José que ruegue ante el Padre Dios por nosotros, los que caminamos por el mundo.

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