melillahoy.cibeles.net fotos 874 Antonio Salido
Muchas gracias FARID MOHAMED por tu inesperada, pero, muy agradecida dedicatoria hacia mi humilde persona en tu II artículo referido a los numerosos y tradicionales bares de nuestra tierra, MELILLA, que han ido desapareciendo desde 1909, aunque, con personas tan predispuestas y melillenses como tu siempre perdurarán en su historia. Como bien sabes y así lo dices, en febrero MH me publicó ya un artículo propiciado por el Iº tuyo comentando cosas y detalles de algunos de nuestros mejores bares y cafeterías, que yo conocí, sobre todo en los años 60. Te prometo, amigo Farid, que cuando tenga oportunidad de volver a visitar Melilla, nos tomaremos unas cañas con sus correspondientes buenas y suculentas tapas autóctonas, a poder ser, en algún bar que puede que aún exista desde entonces (1970) cuando por circunstancias laborales tuve que “cruzar el charco” y abandonar muy a mi pesar, tierra, familia, novia, vecinos y amigos que tanto quería. Si fuese difícil encontrar uno de esos bares, tu mejor que yo sabrás elegir, te advierto que soy más de “comer que de beber”.
Llegada la posible circunstancia descrita, no estaría mal que pidiésemos la colaboración y ¿por qué no acompañamiento? Del Director de MH, o reportero mandado por él y aprovechando la ocasión elaborar un reportaje conjunto o tripartito que, estoy convencido nos reconfortaría muy gratamente. Como dije antes, gran documentación la tuya referida a esos numerosos bares, cafeterías y restaurantes que han sido siempre “el todo en Melilla” junto a los muchos cines que existieron en la época, era de obligado cumplimiento entrar al cine con el “estómago feliz”, o bien darle satisfacción a la salida de las salas y no solo nosotros los melillenses. Muchos cines parecían verdaderas compañías cuarteleras, sobre todo los cines Goya, Alhambra y Monumental. A muchos de aquellos muchachos peninsulares que según sus madres “iban a hacer la mili al África, con los negros y con los leones”, los he ido conociendo a través del tiempo y por supuesto, si de algo se acuerdan, o tienen mejor recuerdo, es precisamente de los bares y casas de comida melillenses, así como de sus numerosos paseos por la Avenida, parques, Plaza de España, Melilla la Vieja y “el muelle”. De algunos mandos de aquellos tiempos también se acordarán, pero, supongo que no tan gratamente, pues menudo control les hacía la “Pili Mili” (PM) y sus “buenos” arrestos les metían.
Una fresquita cerveza en el Caracol, con su tapa tacita de caracolitos picantes, luego montaron el Caracol Moderno, el negocio iba bien, un Azpilicueta blanco en Solís con medio bocadillo de lo que quisieras y al Nacional a ver un estreno, el Nodo y unos dibujos animados, normalmente de Ton y Jerry, el Conejo de la Suerte o el Pato Dónald, eran los dibujos de la época, un riojita en la Flor de Melilla y otro medio de atún con tomate, siempre todo en la misma barra, bien cerquita La Cave antes de entrar en el parque Hernández, un buen bocadillo de calamares fritos con unas patatas artesanales deliciosas, te los servían sin necesidad de entrar. Si visitabas el barrio Real en casa Ramón otro vino tinto con un buen “casabubu” (un buen trozo de morcilla fritita en un cacho de pan) y un poco más abajo el bar Cinema, a mi me encantaba la cazuelita de carne con “especia moruna”. Alguno pensará “jopé” pues con tantas visitas a los bares, los soldados llegarían “piripi y contentillos” al cuartel y derechos al “calabozo”. Hombre no seamos mal pensados, la “mili” era muy larga en aquellos tiempos y habían muchos domingos y festivos, para etapa por etapa (no todo el mismo día) recorrer y saborear ese ¡Auténtico placer melillense! Así me lo corroboran en los tiempos actuales, amigos y familia allí residentes, esa característica especial de nuestros bares continúa y perdurará en el tiempo, unos habrán desaparecido, algunos seguirán el mismo camino y otros muchos abrirán sus puertas a lugareños y visitantes, era y seguirá siendo el principal disfrute melillense, porque cines creo que ya no existen tantos.
Farid, mencionas en tu escrito “la Flor de Castellón”, precisamente en la calle Castellón de la Plana, no me acordaba de él y me ha dado especial satisfacción, pues llevo viviendo precisamente en Castellón unos 35 años, si no recuerdo mal era un bar pequeñito cercano a lo que eran los colegios de Ataque Seco, aunque más cercano estaba casa Juan y no recuerdo bien en cuál de los dos estuve alguna vez.
No quiero hacer más extenso este escrito para no pecar de reiterativo, me dejo para el final y porque creo que continua con total actividad el Bar Bodega Aragón, este era cita habitual y obligada cuando nos juntábamos algunas parejas de amigos, en su interior adornado deportivamente con los colores del Madrid y del Barça por la rivalidad “padre-hijo”, bueno que yo recuerde en aquellos tiempos en Melilla le decíamos el Barcelona, lo de Barça (expresión catalana) no existía no fuera que se enterase Franco, sus autoridades y militares proclives, de todas formas, para qué engañarnos, los jóvenes de aquella época con 15, 16, 17 y 18 años solo conocíamos de la Historia de España la que ellos mismos habían trasladado interesadamente a los textos que estudiamos entonces con esas patrañas de quienes eran los “buenos y patrióticos”, así como los “malos rojos”. El Fuero Nacional, la falange salvadora, los valores patrios, el yugo y las flechas, el Non Plus Ultra (sobre todo “Ultra”) y la Formación del Espíritu Nacional, cuando éramos escolares de EGB también nos obligaban al rezo diario (el Padre Nuestro, Salve, diez Mandamientos, etc) y en ocasiones, formar en la “Cruz de los Caídos” para cantar el “Cara al Sol”, eran los tiempos de la dictadura. Lo siento, como siempre me he ido por “los Cerros de Úbeda”. Otro que creo continua es Casa Sadia, menudos pinchitos y cañaíllas de esas con pinchos, no la de los “Cortaos” melillenses de entonces. Aquí lo dejo que me pongo malo de tanta nostalgia y añoranza y no solo de la “culinaria”. Ojala nos veamos pronto en Melilla, el amigo Aranda también queda invitado, así como mi hermano Manolo y otros grandes amigos que allí tengo. Quiero terminar diciendo, que me da mucha rabia, me pone triste y en ocasiones de “mala leche” que solo mencionen Melilla en los diferentes medios de comunicación españoles e incluso extranjeros, sobre todo por el problema fronterizo y de la inmigración subsahariana, además de por otras circunstancias anómalas circunstanciales y sin embargo, de lo mucho y bueno que también tiene, ha tenido y seguirá teniendo nuestra querida tierra Melillense qué poco se comenta, incluso, me da a mi que las propias autoridades de la Ciudad Autónoma le dedican poca atención a eso y no solo los que mandan ahora, que quede claro, eso ha ocurrido siempre posiblemente y pido desde Castellón que pongan mucho más interés en revertir la situación, MELILLA, LOS MELILLENSES SUS LUGARES TÍPICOS Y COSTUMBRES se lo merecen. Un abrazo y hasta siempre amigo Farid Mohamed y al resto paisanos de allí y del otro lado del Mediterráneo.
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