Sobre un bando patriótico

Aquí, en Melilla, tenemos una calle con el nombre de un Héroe del 2 de Mayo de 1808, como fue el Alcalde de Móstoles, que por derecho propio ocupa una de las gloriosas páginas de nuestra Historia. En el pueblo de Móstoles, ese día de mayo, los Alcaldes Ordinarios, Andrés Torrejón, por el Estado Noble, y Simón Hernández, por el Estado General, firmaron el famoso Bando declarando la guerra al invasor Napoleón Bonaparte, siendo sus redactores Juan Pérez Villamil, de la Real Academia de la Historia, y el prócer extremeño, Esteban Hernández de León, que dió la noticia de los sucesos de Madrid, encontrándose casualmente, ese día, en la localidad. Quizá también participaron el andaluzPedro Serrano, y el escribano-amanuense Manuel del Valle.
El patriótico Bando dice así: “Señores justicias de los pueblos a quienes se presentare este oficio de mí, el Alcalde Ordinario de la villa de Móstoles. Es notorio que los franceses apostados en las cercanías de Madrid, y dentro de la Corte, han tomado la ofensa sobre este pueblo capital y las tropas españolas; por manera que en Madrid está corriendo a estas horas mucha sangre. Somos españoles y es necesario que muramos por el Rey y por la Patria, armándonos contra unos pérfidos que, so color de amistad y alianza, nos quieren imponer un pesado yugo, después de haberse apoderado de la augusta persona del Rey. Procedan vuestras mercedes, pues, a tomar las más activas providencias para escarmentar tal perfidia, acudiendo al socorro de Madrid y demás pueblos, y alistándonos, pues no hay fuerza que prevalezca contra quien es leal y valiente, como los españoles lo son. Dios guarde a vuestras mercedes muchos años. Móstoles, 2 de Mayo de 1808. Andrés Torrejón y Simón Hernández”.

Y qué español no conoce la “Oda al 2 de Mayo” de Bernardo López García, que aprendimos en los colegios: “Oigo, patria, tu aflicción,/ y escucho el triste concierto/ que forman tocando a muerto,/ la campana y el cañón;/ sobre tu invicto pendón/ miro flotantes crespones,/ y oigo alzarse a otras regiones/ en estrofas funerarias,/ de la iglesia las plegarias,/ y del arte las canciones./ Lloras, porque te insultaron/ los que su amor te ofrecieron…”.

Yo espero, siempre que aparecen en estas páginas mis humildes ruegos o súplicas, que el Sr. Napoleón, desde su atalaya de la escalera del Barrio de la Victoria, no se “mofe”, como su general Murat lo hacía con el imbécil Infante D. Antonio Pascual de Borbón, llamándole “Primo”, como entonces se decían entre los Borbones. De ahí la frase: “Hacer el primo (idiota)”.

Y a ustedes: Sra. Consejera de Cultura y Director de “lo mismo”, sepan que desde hace varios años, aún seguimos esperando muchos melillenses una contestación al respecto, o sea: ¿cuándo van a retirar el nombre de ese general de la calle en cuestión?. Porque si al leer esos bellos versos, no se les ha encendido la llamita que cada español, que se precie como tal, siempre mantenemos encendida, creo que merecerían que “picaran sus respectivos billetes”, y dejaran sus bien retribuidas poltronas, para personas que lo merecieran más que ustedes.

El dramaturgo G. Bernanos, decía que el honor de un pueblo pertenece a los muertos, pero los que viven sólo lo usufructúan. Por eso yo les ruego a ustedes, como al Presidente Imbroda: Por favor, déjen que los melillenses usufructuemos ese honor de los que cayeron por los invasores, en defensa de nuestra Patria; igual que los que gloriosamente lo hicieron en los pasados siglos en las murallas de nuestra ciudad, como en los cercanos campos de batallas, que descansan en La Purísima. Porque aquéllos como éstos, todos eran españoles, iguales que ustedes y que éste que les escribe.

Y si alguien desea subirse al humilde, pero Glorioso Carro de la Patria, les cedo parte de mi asiento, donde cabemos todos los que sentimos ese amor. Y conste que lo dice un español de izquierdas, o sea, un rojo magenta tirando a orceína.

Acceda a la versión completa del contenido