“Si el año que viene se pone en vigor la nueva Ley de Educación, va a ser un rompecabezas”

Más de 400 estudiantes se enfrentaron ayer a la primera jornada de la que será la última Selectividad. Afortunadamente, muchos alumnos experimentaron el alivio tras pasar por las primeras pruebas y comprobar que, efectivamente, “no eran para tanto” como se habían imaginado. No obstante, estos jóvenes están viviendo unos días en los que la presión es máxima, ya que se juegan el acceso a la carrera que desean y, además, tienen la nueva Ley de Educación pisándole los talones con la reválida. Al final, la Selectividad no era para tanto. Al menos, eso fue lo que pensaron muchos de los 408 estudiantes que realizaron ayer las primeras pruebas. Algunos ni durmieron la noche anterior por culpa de los nervios. Pero es que no sólo se están jugando su futuro en estos exámenes, sino que cuentan con el estigma de ser la última promoción en presentarse a la Selectividad. En estos días tan decisivos, al final, todo acaba afectando de alguna manera.
“La reválida da demasiado miedo”, exponía Sara Mohamed, una alumna de sobresaliente del IES Juan Antonio Fernández Pérez. Según compartió la joven, muchos compañeros “lo están pasando mal” ante la posibilidad de no aprobar las pruebas en junio o en septiembre; o por no alcanzar la nota de corte necesaria para acceder a la carrera que desean. Y no sólo por la presión que esto conlleva, sino porque tienen la reválida pisándoles los talones. “Si el año que viene se pone en vigor la nueva Ley de Educación, va a ser un rompecabezas para los estudiantes porque es un sistema con el que se lo juegan todo a una carta”, añadía la misma alumna, coincidiendo con todos los preguntados.

Alivio tras el primer día
Afortunadamente, era peor lo que contaban los profesores sobre la Selectividad que los propios exámenes. Así lo manifestaron la mayoría de los estudiantes entrevistados por este diario una vez hubieron finalizado todas las pruebas de la primera jornada de Selectividad 2016. “Los exámenes me han sorprendido para bien porque en bachillerato nos han metido mucha caña”, resumía Sarai Ligero, del IES Miguel Hernández, tras salir de la prueba de inglés. Lo mismo expresó José Carlos Carretero, del IES Enrique Nieto: “Daba más miedo lo que contaban los profesores que los propios exámenes en sí. Me han parecido facilitos, la verdad”. Tal y como indicó este joven, se están enfrentando a “lo mismo” que han estudiando durante el curso. La redacción de inglés, la teoría de Descartes o el texto periodístico fueron preguntas que ayer sorprendieron, para bien y para mal, a centenares de estudiantes.
Una buena parte de los alumnos no solo acudió a las pruebas con la lección aprendida, sino con las ideas bien claras de lo que quieren estudiar el día de mañana, con la emoción de estar más cerca de la vida universitaria y la esperanza de que, al finalizar la formación, el futuro les espere con un panorama laboral más amable.

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