Icono del sitio MelillaHoy

Roberto Rojo, ex vicario episcopal: “De Melilla me llevo experiencias, grandes regalos que compartir”

Roberto Rojo, en el que ha sido su despacho durante siete años en el Sagrado Corazón

Roberto Rojo deja de ser desde hoy, de forma oficial, vicario episcopal de Melilla, un cargo que ha venido desempeñando en los últimos siete años y que asegura le ha permitido experimentar una fraternidad real entre representantes de las distintas culturas. Por ese motivo afirma que de Melilla se lleva "experiencias, grandes regalos que compartir" con sus nuevos feligreses en Fuengirola. Al nuevo vicario, a su amigo Eduardo Resa, le anima a seguir siendo quien es y a descubrir Melilla.

En la despedida con el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, le decía que para mí ha sido muy importante vivencias como la Mesa Interconfesional y poder trabajar en ese estilo de vida de verdadera relación entre las diferentes culturas. El que haya tolerancia, respeto, el querer conocerse y convivir. ¿A qué tiende todo ello? a la fraternidad, que es lo que se proclama desde la comunidad cristiana, porque aceptando a cada uno como es, es como nos acepta Cristo.

Entendí que había una gran tarea que hacer y asumí que partiendo de la base de que son dos religiones distintas, ambas tenemos un padre común que fue Abraham.

Ese día me invitaron también a una cena en la que me encontré, gratamente sorprendido, comiendo con un hebreo, con un musulmán y con un hindú, al estilo rifeño, de compartir un mismo plato. Eso me pareció un sueño. Cuando comprobé que eso podía hacerse, que podríamos sentarnos todos juntos, me hubiese encantado haber hecho una foto y enviarla a la prensa mundial para decir que esto es posible, pero que se tiene que trabajar.

De ahí partió ese despertar de que para mí la Mesa Interconfesional tiene un papel muy importante. En estos años no hemos hecho grandes historias en la ciudad, pero sí me voy tras estos siete años, con tres grandes amigos de distintas confesiones. Todo esto me lleva a la reflexión de que si se puede hacer esta unión entre cuatro personas, se puede hacer entre todos.

Estos siete años en Melilla me han permitido poder convivir no sólo con el mundo cristiano, sino con el musulmán, el hebreo y el hindú, algo que es enriquecedor. Ahora me voy y lo hago despidiéndome de muchas personas que me han mostrado con su cariño, que sienten que me vaya de Melilla, porque hemos creado un ambiente de fraternidad. No es que ahora sea mejor o peor cristiano que hace siete años, pero sí que me ha permitido ser un cristiano en el mundo que trata de vivir algo que ha experimentado en Melilla y que no había tenido antes la oportunidad de sentir, como es esa fraternidad entre hermanos de distintas comunidades..

El crear divisiones porque no es de los nuestros, no piensa, come o reza como yo, eso crea guetos y no vivimos ya en un siglo de guetos, sino en uno en el que todos podemos plantar raíces allí donde nos acogen, donde compartir capacidades, valores que nos permita sacar frutos en común.

Quiero que descubra Melilla, esa ciudad del día a día. Le ha encantado el parque Hernández, va conociendo poco a poco los lugares y las personas, y me ha comentado lo mucho que le ha gustado la ciudad.

Mi puerta queda abierta a Melilla, donde volveré cuando se me necesite y de hecho no voy a dejar la Mesa Interconfesional con la que colaboraré siempre que así se me demande. Mi cometido está ahora en otro lado, pero esa puerta queda abierta porque no podemos cerrar ese capítulo que se ha abierto y que es muy importante seguir trabajando.

Jesús Andújar

Acceda a la versión completa del contenido

Roberto Rojo, ex vicario episcopal: “De Melilla me llevo experiencias, grandes regalos que compartir”

Salir de la versión móvil