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Renovarse o morir. El futuro de Melilla está en el aire

El Papa ha sido valiente yendo a Irak” / La religión debe dejar de ser un arma política” Lo ha entendido perfectamente nuestro actual Papa (digo nuestro porque la gran mayoría de los españoles son cristianos aunque él, estoy seguro, intenta hacer su labor espiritual sin importarle la religión de las personas con quien trata), que lo tenía claro antes de empezar con su papado: renovarse o morir. Es un Papa que intenta adaptar la Iglesia que representa a la realidad actual (lo contrario que pretenden muchos políticos al querer cambiar la realidad para llevarnos a etapas pasadas y superadas en las que papá Estado todo lo tutela y decide), un Papa que no vive ajeno a la homosexualidad, a los matrimonios entre personas del mismo sexo, a la realidad de la falta de interés de la juventud en la religión, a los pobres y a la existencia de otras religiones.
Por todo lo anterior, no sorprende la visita del Papa a Irak. Sabe el máximo representante de la Iglesia católica que debe liderar una Iglesia moderna (sin las rigideces de antes), en la que quepa todo el mundo y que se relacione con otras religiones de forma fluida y pacífica (la “Guerra Santa” o “lucha contra los infieles” es algo de la Edad Media). La religión es algo propio de cada persona y se deben respetar todas… Si ya es difícil imponer temas materiales, cuanto más lo es hacerlo con temas espirituales…. Ha sido valiente yendo a Irak (donde tantos cristianos fueron perseguidos y muchos miles tuvieron que huir) y ha mostrado una total falta de soberbia (dando a entender que la cristiana es una religión más, un camino más para relacionarse con Dios, como lo son el resto de religiones del mundo) al reunirse con el ayatolá Ali Al Sistani, el principal líder religioso chiita, y agradecerle «que levantase la voz en defensa de los más débiles y perseguidos”.
El portavoz del Vaticano, Mateo Bruni, señaló que la intención del viaje, más allá del riesgo, es mostrar la cercanía del Papa con aquellas comunidades cristianas amenazadas.
Ya lo dijo Mahatma Gandhi: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.
Sí, el futuro de Melilla está en el aire y no queda más remedio que renovarse/reinventarse porque la alternativa es morir. Para conseguirlo, primero debemos creer que es posible, en segundo lugar debemos querer y por último, debemos luchar. “Quienes pueden, pueden porque piensan que pueden (Virgilio)”. En Melilla hay gente que merece la pena, que son emprendedores, que creen (creemos) que hay un futuro, pero deben cambiar muchas cosas (sin prisa pero sin pausa), por ejemplo: la religión debe dejar de ser un arma política, el gobierno local debe apoyar a las empresas (a las afines y a las no afines), hay que incentivar el esfuerzo o la meritocracia y evitar (erradicarlo, lo sé, es imposible) el enchufismo, debemos buscar otras vías de negocio (cruceros, turismo de calidad, aprovechar las ventajas fiscales para atraer empresas tecnológicas, puerto de paso de mercancías a Europa una vez conseguida la entrada en el territorio aduanero de la Unión Europea, etc.…) que no sean el extinto comercio atípico, que sólo beneficiaba a unos pocos, o el “negocio” de ser funcionario (que necesita de la existencia de otros negocios para poder existir).