VISTO DESDE FUERA
Por Gonzalo Fernández
La religión, como fenómeno cultural y espiritual, ha desempeñado un papel central en la historia de la humanidad. Desde los textos sagrados hasta los rituales cotidianos, las creencias religiosas han moldeado civilizaciones, legitimado imperios y dado sentido a la existencia humana. Sin embargo, aunque todas las religiones comparten como finalidad común la búsqueda de un significado trascendente a la experiencia humana, cada una de ellas ofrece una visión diferente y única, que es un reflejo complejo de la cultura y la geografía que la vio nacer. Al analizar las principales religiones del mundo —el cristianismo, el islam, el judaísmo, el budismo y el animismo— se observa una imagen común detrás de sus convergencias y divergencias.
Similitudes entre Tradiciones Religiosas
En el núcleo de casi todas las religiones existe un intento de responder las preguntas fundamentales de la existencia: ¿De dónde venimos? ¿Qué sucede después de la muerte? ¿Cómo debemos vivir? Aunque las respuestas varían considerablemente, los hilos comunes son evidentes. Tanto el cristianismo como el islam y el judaísmo comparten una base monoteísta, reconociendo la existencia de un único Dios creador. También comparten la existencia de un libro sagrado, base de sus religiones: la Biblia, el Tanaj y el Corán respectivamente. Estas religiones abrahámicas enfatizan el poder de lo divino para establecer normas éticas, recompensar la virtud y castigar el pecado, proporcionando una guía para la vida de sus seguidores.
Por otro lado, religiones como el budismo y las tradiciones animistas ofrecen un enfoque distinto, pero igualmente buscando lo trascendental. En lugar de centrarse exclusivamente en un dios creador, el budismo introduce conceptos como el nirvana el samsara donde la liberación espiritual depende del conocimiento y la autodisciplina. Las creencias animistas, aunque locales y diversas, comparten una visión del mundo regido por los espíritus y las fuerzas de la naturaleza que interactúan constantemente con los humanos, generando una espiritualidad profundamente integrada con el entorno en que transcurren sus vidas.
Todas las religiones incluyen rituales que fortalecen el sentido de pertenencia y de comunidad, ya sea a través de la oración grupal en una mezquita, los servicios dominicales en una iglesia o las ofrendas en un templo budista, donde la religiosidad conecta a los individuos con algo más grande que ellos mismos. Cada una de estas manifestaciones religiosas utiliza símbolos, festividades y narrativas para perpetuar sus enseñanzas y tratar de adaptarlas a las generaciones futuras.
Diferencias Fundamentales
A pesar de las similitudes, las diferencias doctrinales, éticas y prácticas entre estas religiones son profundas. El cristianismo, por ejemplo, se distingue por su énfasis en la figura de Jesucristo como salvador y redentor. Esto marca un claro contraste con el islam, que reconoce a Jesús como profeta, pero otorga el papel central a Mahoma como el último mensajero de Dios. El judaísmo, por su parte, descarta ambas figuras, enfocándose en la relación directa y exclusiva entre Yahvé y el pueblo judío.
El budismo se diferencia radicalmente de las tres religiones del libro, ya que rechaza la idea de un dios omnipotente y creador, afirmando que la iluminación proviene del conocimiento introspectivo y la superación del deseo. Esta diferencia filosófica elimina la existencia de una moralidad impuesta divinamente; los preceptos éticos emanan de la necesidad de minimizar el sufrimiento en el mundo.
El animismo, por su parte, presenta una perspectiva completamente distinta. A menudo considerado como la forma más antigua de religión, se centra en la interacción con espíritus, ancestros y fuerzas naturales. En contraste con las religiones organizadas, que dependen de escrituras y líderes espirituales, el animismo se transmite oralmente y se adapta a las necesidades inmediatas de las comunidades locales.
En cuanto a la expansión geográfica y la influencia cultural, el cristianismo (2.400 millones) y el islam (1.900 millones) son las religiones más globalizadas del mundo, seguidas del budismo (500 millones). Mientras tanto, el judaísmo (15 millones) y el animismo (quizás unos 100 millones) permanecen relativamente localizados, estando este último profundamente arraigado en comunidades indígenas. El budismo, aunque originado en Asia, ha ganado recientemente popularidad global, especialmente en Occidente, donde se valora por su enfoque en la meditación y el bienestar.
Fragmentación Interna y Diversidad
Cada religión también presenta una importante fragmentación interna. El cristianismo, por ejemplo, se divide en tres ramas principales: catolicismo, protestantismo y ortodoxia. Estas divisiones reflejan diferencias teológicas y políticas que han influido profundamente en la historia de Occidente. Mientras que el catolicismo se centra en la autoridad del Papa y los sacramentos, el protestantismo promueve una relación personal con Dios basada en la fe y la lectura de la Biblia. Por su parte, la ortodoxia mantiene prácticas litúrgicas tradicionales y una organización jerárquica distinta.
El islam también está dividido en ramas, siendo el sunismo y el chiismo las más prominentes. Estas diferencias, aunque en principio doctrinales, han generado conflictos históricos relacionados con el liderazgo y la interpretación del Corán, que se extienden y causan enfrentamientos hasta nuestros días. A ello se suma el sufismo, una corriente mística que busca la unión con Dios a través de la meditación y prácticas espirituales únicas.
El judaísmo, aunque menos numeroso en términos de practicantes, también enfrenta una importante diversidad. Los judíos ortodoxos se adhieren estrictamente a las leyes de la Torá y el Talmud, mientras que los movimientos reformista y conservador intentan reconciliar las tradiciones judías con los valores modernos.
Las principales divisiones en el budismo son las Theravada, Mahayana y Vajrayana, cada una con énfasis distintos en las enseñanzas del Buda, los textos sagrados y las prácticas espirituales.
La práctica del animismo, que no está estructurado como las religiones organizadas, es muy diversa. Las tradiciones africanas, amerindias, asiáticas y oceánicas varían enormemente, pero todas comparten una conexión fundamental con la naturaleza y un respeto profundo por los espíritus que la habitan.
La Religión en el Mundo Moderno
En la actualidad, la religión organizada enfrenta importantes desafíos. La globalización, la secularización y los avances científicos han cuestionado los dogmas tradicionales y están forzando a las religiones a adaptarse. Las corrientes liberales del cristianismo y el judaísmo han buscado modernizarse para atraer a una sociedad más laica, mientras que el islam y el budismo han encontrado nuevas plataformas para difundir sus mensajes, especialmente a través de los medios de comunicación de masas.
Conclusión.
La religión, manifestación de la misma humanidad, sigue siendo una fuente de conflicto, dentro y fuera de ellas mismas. Las divisiones sectarias, la intolerancia y los extremismos han generado tensiones políticas, sociales e incluso guerras.
Aunque las creencias y las prácticas varían enormemente, todas las religiones buscan lo mismo: dar sentido a la existencia y conectar al individuo con algo más grande que él mismo. Aceptar y comprender la diversidad religiosa, aunque parece casi imposible, es una necesidad que debiera ser compartida por todos. Como dijo el teólogo Hans Küng: “No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones”.
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