Icono del sitio MelillaHoy

Recuerdo de Fernando Belmonte

Hace un mes viajé a Melilla, mi ciudad natal, con el fin de participar en un torneo de tenis y pasear por las calles, plazas, parques y playas que siempre he guardado entre mis recuerdos más queridos desde que a los 10 años de edad me llevaron a Madrid, en donde he vivido el resto de mi vida.

Mi primera alegría fue encontrar una bonita ciudad, alegre, llena de vida y pujanza, a pesar de las noticias que se prodigan en la península sobre emigrantes y vallas. La verdad es que lo que yo pude ver fue una comunidad activa y con ganas de vivir en paz, lejos de todo tipo de condicionamientos.

La segunda cosa agradable fue el exquisito recibimiento que me brindaron todos los participantes y organizadores del Torneo tenístico, la inmensa mayoría melillenses. Entre ellos estaba Fernando Belmonte, quien se ofreció a jugar conmigo el primer día para que me familiarizara con las pistas, percatándome a los pocos minutos de hablar con él de que estaba ante una persona de una extraordinaria cultura y de no menos amabilidad. Pero, por mi edad y por mi profesión que me ha obligado a tratar con mucha gente, y conocerla, pude advertir enseguida lo más importante: Fernando era una buena persona. Fernando era de esas personas que tanta falta hacen en la sociedad de hoy: dialogante, con humor y perspicacia, con nervio, con ingenio –que exhibía magistralmente en el tenis, haciendo sudar a sus contrincantes-, y estoy seguro que con otras muchas cosas que quienes le han conocido en profundidad sabrán bien.

Cuando Julio García me participo de la desgracia, lo primero que me vino a la mente fue aquello de que “los mejores se van pronto”, y eso se ha cumplido con Fernando a sus 58 años de edad.

En fin, quiero expresar mis condolencias a su esposa, a todos sus familiares – en especial a Axel, con quien tuve ocasión de charlar mientras veíamos jugar a Fernando en la semifinal- y a todos sus amigos, entre los que humildemente me gustaría estar. Descanse en paz.

Acceda a la versión completa del contenido

Recuerdo de Fernando Belmonte

Salir de la versión móvil