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Recordando a los hebreos en el diario “El Telegrama del Rif”

Por: José Antonio CANO MARTÍN

02-01-1904. Los israelitas en Marruecos. Han llegado a Casablanca, 1.200 judíos en estado lamentabilísimo, pues fueron despojados de cuanto poseían por las tribus vecinas. Los habitantes de la ciudad los han auxiliado, pero resultan insuficientes los socorros. Las noticias optimistas publicadas desde hace un año, ha impedido a los extranjeros conocer las vejaciones de que han sido objeto los judíos de Tesantzida y los de Echaouia. (De un telegrama de Tánger). No solo en estas dos poblaciones, en todo Marruecos, los israelitas sufren a diario vejaciones sin cuento, y en los territorios sublevados contra la autoridad de Abd-el-Azís, los desmanes contra ellos cometidos exceden a toda ponderación.
Los hebreos que habitan en los delatados territorios que se extienden desde Fez a Uxda, y desde Tetuán a Tafilete, han sido despojados de cuanto poseían, y no contentos los marroquíes con el despojo, asesinaron a muchos inicuamente. Las familias israelitas se han diseminado en direcciones distintas, y ni los padres encuentran a sus hijos, ni los maridos a sus mujeres. El ejército que evacuó Tazza, cometió mil tropelías con los hebreos de Zá y otras poblaciones, violando a sus mujeres y cometiendo con los hombres todo género de violencias.
Centenares de desgraciados israelitas, viéronse obligados a seguir la impedimenta de las hordas marroquíes, para vivir de sus obras, a costa de infinitas penalidades. Los hebreos que meses pasados trataron de refugiarse en Melilla, tuvieron que entregar cuanto poseían, para que las cábilas no le interceptaran el paso. Ahora en la ciudad de Marraskek, han sido heridos muchos judíos, y saqueadas sus propiedades.
¿A qué citar más casos? Basta con lo expuesto para comprender la mísera situación que arrastran los que han buscado el comercio europeo al corazón del Imperio. Y los que trabajan en pro de ese comercio; los que exponen sus vidas a diario marchando de aduar en aduar y de kábila en kábila, no encuentran quien les o, porque son súbditos del Maghzen, y este ni tiene fuerzas ni trata tampoco de garantizar la seguridad de sus súbditos. Las naciones europeas, que el día del rompimiento del statu-quo han utilizar necesariamente al hebreo, como medio insustituible para acrecentar el comercio y penetrar pacíficamente en el Imperio Maghrebita, deben de salir de su pasividad y tratar por todos los medios posibles, de que cese tanta crueldad, de que Europa no presencie a sus mismas puertas, espectáculo tan repugnante y tan en pugna con la civilización y con el derecho de gentes.
05-01-1903. Los hebreos de Fez. El número de hebreos residentes en Fez pasan de 10.000  y como siempre en todas las contiendas han sido las víctimas y sufrido toda clase de exacciones materiales, se muestran muy inquietos y propensos a auxiliar al Pretendiente.
De realizarse el auxilio agravaría la situación del Sultán.
Témese que estalle dentro de Fez una cuestión de orden público.
14-10-1903. Hebreos. Basta de tradiciones y leyendas… Dejad la historia, dice un analista, cuando os servís de ella impidiendo concordias, fraternidades, marchas progresivas.
El ayer, la razón de paternidad, lo sembrado, no debe estorbar la acción presente.
Es muy triste recordar al pueblo como raza deicida, como pueblo que poseyendo energías, excelencias no advertidas en otros, sufran los desvíos que solo pueden ofrecer fanatismos e hipocresía. Su buena doctrina religiosa “el perdón del Justo”, alcanza al Mahometano, al idólatra, al cristiano, al protestante.
Más es inútil acudir a un pasado remotísimo, y sobre todo lleno de odios, sembrado de persecuciones:
Hoy tienden a constituir nacionalidad, aspiran a que surja la Sión moderna, anhelan igualarse con los otros pueblos, buscando justificar la unidad de razas, de medio y de fin.
Allí donde hay un ser humano, donde brilla un espíritu, no debe mirarse al extranjero, al bárbaro, al infiel, al contrario en nacionalidad, lenguaje o éticos principios: los hombres son hermanos, y toda acción de propaganda, todo intento unionista, probará conocer el valor y significación de enseñanzas purísimas, evangelicales.
Los modernos Epitafi no cesan de inquietar al pueblo hebraico; unas veces contrarrestan su influjo en la riqueza; otras, contienen rebatiendo el vuelo de su inteligencia; Inglaterra no ha mucho limitaba sus derechos políticos; Francia, en espectáculo reciente, vióse dividida, persiguiendo la destrucción de los israelitas. Calumniados, perseguidos, en todo lugar una inquisición y en todo ser un espía, es lo cierto que el pueblo judío se ha salvado de todas la asechanzas, ha triunfado en todos los encuentros; Inglaterra, que le ha regateado derechos, ha visto que todas sus energías, toda la riqueza británica radicaba en manos de judíos; Francia ha tenido ministros como Gremieux y Gondehaus, israelitas puros. Siempre deteniendo su marcha, siempre vilipendiando su obra, en todo momento mofándose de su nombre, de sus hechos, de sus pensadores, y sin embargo, victoriosos. Porque victoria acredita, hoy que la riqueza es única palanca, contar con las mayores fortunas y más atrevidas empresas.
Con estadísticas, con pensadores, con sociólogos eminentes; con pueblo y masa directora, es muy justo, conveniente para la humanidad que tuviera su nacionalidad.
Cúmplanse los propósitos de la nación británica, que nadie sirva de obstáculo y tal vez los pueblos que hoy se burlan, tendrían donde aprender prácticas políticas y enseñanzas sociales. Si; que ese pedazo de tierra africana ofrecido para colonia hebrea, que pronto se les entregue; que se encuentren constituidos, y entonces bien pueden exclamar: ¡Aquí estamos para hacer el bien a todos los hombres. El odio produce tinieblas, retrocesos; nosotros, creyentes en la paz y en el trabajo buscamos hermanos!   J. GARZÓN    De “El Porvenir” de Tánger
10-09-1904. El comercio español y los israelitas en Marruecos. De un interesante artículo publicado en el Monitor Financiero por el ilustrado periodista D. julio Lecea y Navas, extractamos los siguientes párrafos por considerarlos de la más interesante actualidad. Siendo tan numerosa la colonia israelita en Marruecos, hablándose nuestro mismo idioma, con valor legal nuestra moneda, ¿responde la cantidad de nuestro comercio a esas facilidades? Seguramente no.
Las causas se han repetido muchas veces; las memorias consulares y los informes particulares se hallan acordes siempre en este punto. Falta de iniciativas de nuestros industriales. El comercio marroquí se ve en cambio solicitado por otras muchas naciones, y en estas se surten.
El tendero acepta los géneros que se le ofrecen por cuanto que no tiene la mentalidad ni los elementos suficientes para buscar proveedores, pero el verdadero comerciante escoge los centros de producción más ventajosos y en ellos se surten, sin hacer caso de las dulces palabras del vendedor, y sí solo atento a su conveniencia y a sus intereses. España produce artículos que competir puede en calidad y baratura con los de otras naciones, hallándose los centros de producción más cercanos. Yo he visto en Marruecos muchos comerciantes. Los Sres. Isaac y Jacob Laredo, los Sres. Israel y Toledano, los Sres. Laredo y Bengio y tantos otros cuyo nombre no recuerdo, deben reconocer la exactitud de mi afirmación. Ellos, tan inteligentes, tan conocedores del país con una capacidad comercial por todos reconocidas ¿creen por ventura, que nuestra patria que, ésta vieja España, no ofrece todavía ancho campo de explotación comercial e industrial?
Ciertamente que sí; téngalo por seguro, y no según mi opinión que es demasiado modesta, sino siguiendo indicaciones del ilustre embajador de España, del Sr. Cólogan, yo creo que una gran casa comisionista formada por capitales españoles y marroquíes, sería un fuerte lazo de unión entre estos dos pueblos, y cuyas consecuencias es difícil poder todavía precisar. Porque debe tenerse presente, que encima de las menguadas fronteras políticas que separan los pueblos, renace hoy, se vislumbra ya, una gran Iberia, progresiva, libre, trabajadora, cobijando bajo su manto ese piélago de naciones, de pueblos y de individuos que, esparcidos por todo el mundo, hablan nuestra lengua, sienten como nosotros, experimentan el mismo dulce cariño, hacia nuestras tradiciones y hacia nuestras glorias. Ese ideal, creedme, no está muy lejano, y en él ocuparán, como por derecho les corresponde, un lugar distinguido, preeminente, los israelitas españoles, dignos descendientes de aquellos que supieron colocar a nuestra Patria a una envidiable altura entre todos los pueblos cultos.

1905
13-01-1905. Miseria aterradora en el Polígono. Hebreos. Al visitar los pasados días el barrio del polígono, con el fin de distribuir los bonos que nos remitió nuestro amigo, el ilustrado médico municipal D. José García Viñas, tuvimos ocasión de conocer la espantosa miseria reinante entre los israelitas, que se refugiaron en Melilla, huyendo de los horrores de la guerra civil que asola el Imperio.
Imposible pintar con sus verdaderos colores, el cuadro aterrador que se ofreció a nuestra vista; cuanto digamos, será pálido reflejo de la realidad.
Trescientos hebreos, viven desde hace seis meses por milagro inconcebible, faltos de todos recursos, luchando con su impotencia para acallar a sus famélicos hijos, que entre sollozos les piden inútilmente, un pedazo de pan, con que saciar el hambre que los devora. Mujeres hermosísimas, que hacen evocar las bellezas hebraicas de que hablan los libros santos, lloran en silencio su infortunio, se retuercen doloridas, sufriendo indecibles angustias por no poder nutrir a los tiernos pedazos de sus entrañas, momias humanas, cuyas vidas se  extinguen lentamente, cual débiles arbustos, faltos de savia que los vigorice.
Nuestro querido compañero, el ilustrado redactor de “El Globo” D. Jaime Tur, nos acompañó en la visita, y cuando terminada, regresamos a la plaza tristemente impresionados por tanta podredumbre y miseria, convinimos en la urgente necesidad de realizar gestiones, que remediaran la aflictiva situación de tantos desgraciados, de tantos espectros de seres vivientes.
La mayor parte de esos israelitas disfrutaban de posición desahogada; los unos en Tazza, los otros, en los aduares inmediatos a la ciudad y todos ellos vieron arrasadas sus casas, robados sus ganados y cuantos bienes poseían. “El Roghi”, que siente profunda adversión hacia los hebreos, por el auxilio que prestaron a Abd-El-Azis, extremó con ellos sus rigores y les hizo objeto de toda clase de represalias.
Los hombres tuvieron que soportar denigrantes comisiones, humillaciones sin cuento; las mujeres fueron atropelladas y no pocos infelices murieron bárbaramente asesinados, víctimas indefensas del odio que el musulmán profesa al israelita.
Siéndoles la vida imposible en territorio marroquí; huyeron, desmembrándose las familias, perdiendo muchos padres a sus hijos, las esposas a los maridos y en su éxodo afrontaron las más terribles penalidades.
Horroriza escuchar los relatos que hacen del viaje a través de las kabilas del Rif, vendiendo hasta los vestidos para conseguir que los condujeran los moros, de tribu en tribu, de kábila en kábila, como miserables esclavos, siendo en todas partes objeto de befa, y escarnio, hasta llegar a los límites de nuestro campo; y cuando anhelantes, llenos de gozo esperaban rebasarlo, terminado el martirio fueron secuestrados, teniendo que rescatarlos los hebreos pudientes, de Melilla y a los cuales han costado algunos miles de pesetas esos rescates.
La mayor parte de los hebreos de Tazza, se hacinan en inmundas viviendas, en lóbregos sótanos, faltos de luz y ventilación, sin tener ni un mísero petate donde descansar. El hambre se retrata en sus demacrados semblantes, pálidos, macilentos, extenuados por las fiebres, hundidos los ojos, faltos de vida y expresión; y así ven transcurrir los días, sin encontrar ni lenitivo para sus penas, ni remedio para su miseria.
Esos infelices que desconocen el idioma español, se alimentan si así puede llamarse, de piltrafas, siendo el plato cotidiano inmunda sopa de verduras y guindillas hervidas, sazonada con sal. El pan es para ello artículo de lujo, que solo prueban de tarde en tarde, el sábado, cuando los hebreos acomodados o los vecinos caritativos les socorren con algunos mendrugos.
Varios niños de pecho han muerto de inanición, pues sus madres extenuadas por las privaciones y faltas de recursos, ni podían amamantarlos ni adquirir la leche necesaria para la lactancia artificial. Piden los hombres trabajos a cualquier precio y rara vez lo encuentran. Las mujeres cosen de sol a sol, ganando un jornal de veinticinco céntimos, en la confección de camisas para moros.
La explotación de la miseria de esas pobres gentas, rebasan los límites de lo humano. No, no es posible que por más tiempo siga Melilla presenciando cuadro tan lúgubre, tan aterrador; un deber humanitario nos impulsa a llamar la atención de nuestras dignas autoridades sobre el hecho. Esos hebreos son súbditos marroquíes y el Gobierno del Sultán tiene el ineludible deber de socorrerlos, como socorre por nuestra mediación a los moros refugiados en los campamentos de Triana.
No cabe pensar en la expulsión de esas familias o en su traslado a Tánger; tal medida equivaldría a condenar a una muerte cierta a centenares de inocentes, víctimas de la anarquía que se halla entregada Marruecos.
España tiene el deber de amparar a tanto desvalido, que mañana pueden prestarle eficaz auxilio y ser adalides de su causa, cuando normalizada la situación regresen a los aduares de donde huyeron.
¡Qué galardón y que gloria tan grande, no adquiriría el digno general Muñiz, proponiendo al Gobierno de S. M. que esos hebreos sean acampados en las muchas tiendas disponibles de los campamentos, y socorridos por ración de pan, con cargo al Majzen, como se hace con los moros! La caridad particular, es importante para remediar tanta miseria. Algunos hebreos pudientes, han auxiliados a sus hermanos en religión; personas compasivas hicieron llegar hasta ellos sus socorros y el TELEGRAMA DEL RIF dentro de sus modestas fuerzas, auxilia asimismo a algunas familias, pero repetimos, que no basta, con tales socorros solo acallan el hambre de un día.
Acometa nuestra primera autoridad tan hermosa y caritativa obras de verdadera humanidad y su mando interino, será bendecido; y al mismo tiempo, abonará el terreno, para que en día tal vez no lejano, esas víctimas que se arrancan a la muerte, pronuncien reconocidas el nombre de España, en el corazón del Imperio y sean poderosos auxiliares que contribuyan a la misión civilizadora de nuestra nación, en los territorios, sobre los cuales ha de ejercer su influencia y soberanía.
Y en tanto se resuelve el asunto, nosotros, en nombre de la caridad, verbo de todas las religiones, pedimos a los melillenses socorran a los hebreos pobres de Tazza.
26-01-1905. El Pope Gapony. Los judíos de Vilna. No se ha confirmado la fuga al extranjero del Pope Gapony, jefe de la revolución. El Pope se encuentra en Moscon, alentando a los huelguistas para que se unan al movimiento insurreccional iniciado en Petersburgo. Las predicaciones del sacerdote producen gran efecto.
Setenta mil judíos de Vina se han unido a los obreros. La situación se agrava por momentos. En muchas otras ciudades rusas se nota gran efervescencia.
28-01-1905. A favor de los hebreos de Tazza. Nuestro director, como corresponsal que es  del importante diario madrileño “El Imparcial”, telegrafió a este periódico, un resumen del artículo publicado por EL TELEGRAMA DEL RIF, intitulado “Miseria aterradora”. El despacho del “Imparcial”, fue reproducido por otros periódicos, entre ellos por nuestro colega “El Anunciador”, de Gibraltar, y su lectura ha producido en todas partes un sentimiento de piedad, a favor de los pobres israelitas, que ven transcurrir los días sin hallar alivio para su miseria.
Un cuadro de aficionados al arte dramático, que reside en la Línea, ha tomado el plausible acuerdo de organizar una velada, cuyos productos se destinarán al socorro de los hebreos pobres refugiados en Melilla. He aquí la carta en que participan el acuerdo al director de “El Anunciador”.
Sr. director del “El Anunciador”: Muy Sr. nuestro: Habiéndose leído en esta agrupación dramática el periódico de su dirección correspondiente a la edición número 7.093, la reproducción de un telegrama que con fecha 13 del actual transmitieron desde Melilla al “Imparcial” de Madrid, sobre el punible abandono y miserias sin cuento que actualmente sufren 400 individuos refugiados en aquella plaza, por los disturbios ocurridos en las ordas Marroquíes, hemos acordado remitirles, por si tiene a bien publicarlos, estos renglones, fiel reflejo del sentir nuestro acto como el que nos ocupa.
No es un programa este; es una creencia; no es por un deber, es una necesidad sentida: no es el afán en el deseo de hacer bien, sino por bien sentido practicarlo.
Queremos que todos los humanos gocen en las medidas de su necesidades del rico festín que espléndido nos brinda Natura. Queremos que no haya lágrimas de dolor, gritos de angustia, desesperaciones sin cuento. Queremos que los hombres en vez de odiarse se amen; que en vez de matarse y aniquilarse unos y otros, fuertes o débiles, se amen como hermanos y se presten los cuidados que todo sentimiento inspirado en el bien exige: así somos, eso queremos, ese espíritu nos une.
¡Hay lágrimas que secar, dolores que calmar y gritos de socorro lanzados por los que sufren! Allí vamos. ¿Qué son israelitas, budistas, mahometanos y cristianos? ¡Qué importa! Son seres humanos que sufren, que tienen hambre, que piden no hemos de ser nosotros los sordos a esos clamores y aunque con tarde paso y escasos medios, llegaremos a tiempo de hacer lo que en la medida de nuestras fuerzas esté a nuestro alcance. Para llegar con más medios al fin que nos proponemos y contando de antemano con el noble pueblo de Gibraltar sabrá dar una vez más gallarda prueba de sus buenos sentimientos, pensamos organizar una función lírico-dramática, cuyos beneficios habrán de remitirse íntegros a Melilla, para que imparcialmente sean distribuidos entre los que más lo necesiten….

(Continuará)

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