Junto a un grupo conformado por 25 melillenses afincados en Barcelona, Rafael Vega, fundaba allá por junio de 1995 la casa regional en la capital catalana. Durante más de dos décadas ha sido su presidente y en dos ocasiones ha estado también al frente de la Federación de Casas de Melilla. Ahora, en concreto el próximo 6 de septiembre en el transcurso de una gala que se celebrará en el salón dorado del Palacio de la Asamblea recibirá el título de Melillense del Año 2017, como ha anunciado la consejera de Cultura, Fadela Mohatar. Un consejo de gobierno extraordinario aprobaba ayer de forma definitiva el nombramiento de Rafael Vega, como Melilllense del Año de la Ciudad Autónoma.
El que durante más de 20 años ha permanecido al frente de su querida Casa de Melilla en Barcelona, que fundó en 1995 junto a José María García, primer presidente, y algo más de una veintena de melillenses residentes en la capital catalana, ha recibido con gran satisfacción y alegría la noticia de su nombramiento, y desde la sencillez que caracteriza a este funcionario residente desde hace 42 años en Cataluña dijo que no se lo esperaba, “porque se trata de una distinción que reciben personajes muy destacados y nunca pensé que yo iba a formar parte de ese grupo y me ha pillado de sorpresa”.
Pues desde el próximo día 6 pasará a formar parte de ese grupo merecidamente y por derecho propio. “Siento un gran orgullo porque es la ciudad donde he nacido y a la que regreso todos los años”.
Rafael Vega que recibirá el galardón acompañado por su esposa, la también melillense Rafi Castillo Mira, ha señalado a MELILLA HOY, -del que ha sido siempre un gran colaborador y amigo-, que le ha resultado muy fácil hacer promoción de Melilla en Barcelona. “Cada vez que salia la conversación del Modernismo aprovechaba para hablar de los edificios melillenses y de esta forma atraer a nuevos visitantes a Melilla”. Una ciudad a la que adora y de la que ha destacado el gran cambio experimentado en los últimos tiempos. “Se ha convertido en una ciudad moderna y conserva sus grandes atractivos como Melilla la Vieja, el Parque Hernández o la Plaza de España, entre otros muchos por lo que no tiene nada que envidar a muchas ciudades peninsulares”.
Rafael Vega no pudo evitar un recuerdo al reciente atentado que pudo haberle azotado muy de cerca. “Hasta mediodía del jueves estuve en la plaza de Canaletas, la Rambla y la Boquería, con unos familiares que me visitaban en Barcelona y les hice la ruta turística y un par de horas más tarde recibí la terrible noticia”.
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