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¿Quo vadis Melilla?

El ministro Illa -o sea, el gobierno- dijo no (por ahora) al confinamiento domiciliario, también dijo que “no se puede entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura”; sinceramente, me quedo sin palabras para intentar hacer comprender a quién corresponda la real situación de Melilla, de su población y sobre todo ¡de su sistema sanitario! Es preciso explicar que Melilla es una isla, o que nuestros datos actuales son tres veces peores que la media nacional, o que la mortalidad por COVID de los últimos 15 días ha subido un 150%? No lo creo necesario, y si algún responsable público lo cree es que debe dejar el cargo.
Ahora la cuestión es ¿qué va a hacer Melilla, sus autoridades?, la ciudadanía espera algo más que poner mirada ausente y dejar pasar el tiempo-tiempo que no tenemos-. Y mientras, el reloj de la economía local parado, tanto retraso va a coger que puede que ya Melilla nunca más vuelva a sincronizarse con la hora/el ritmo de la economía nacional.

Por eso, remedando el interesante y recomendable artículo del dr. Javier Cabo ¿Quo vadis Europa?: Aprendamos las lecciones derivadas de esta pandemia, publicado en Plataforma Destino Europa (b78440_9ef7c10034c94528ba40e47530380dc0.pdf), cabe hacerse la pregunta expresada en el título de esta columna-¿Adónde vas Melilla?-, y hacer votos porque nuestras autoridades-nacionales y locales- hayan aprendido las lecciones que la epidemia ya les ha dado, ¡y van unas cuantas!
Hasta que se decida lo del confinamiento domiciliario, y mientras que otras C.C.A.A. anuncian nuevas medidas -pero en el paso de su aplicación ¡ya!-, Melilla las anuncia también-pero en el paso de su elaboración-, por lo que se adoptarán más tarde-se supone-, una vez más imprevisión y retraso en la adopción inoportuna de nuevas medidas.
¿Ahora se anuncia el control específico de las personas que se saltan el aislamiento o la cuarentena?, lo que tocaba era informar (¡para ejemplarizar!) de las sanciones que se habían puesto en estos casos; tampoco es oportuno el inicio de los cribados, sería el momento de dar sus resultados, ya que según el último informe del Ministerio, el 70% de los casos de Melilla presentaban síntomas, ¡lo que significa que se diagnostica tarde!, con las repercusiones epidemiológicas y clínicas que ello supone. Nunca Melilla ha estado entre las CCAA que más PCR realizaban,y realmente hoy la tasa de Melilla es la mitad de la media nacional.

Y así se podría continuar una lista de omisiones o francos errores, como barrios o colectivos con patente de corso en el NO respeto de las normas, retrasos injustificables en la realización de tests y comunicación de los resultados, o descoordinación e inoperancia entre Salud Pública y FFCCSE(y P. Local), que están en el orígen de la mala evolución de la epidemia de Melilla. Y sigue siendo muy mejorable, el comportamiento irresponsable e insolidario de determinadas personas y colectivos, y como dije, el tiempo del aviso ha pasado, cabiendo ya sólo la sanción.

Tras 23 días del cierre total de bares y restaurantes, sin verse sus efectos sobre el control de la crisis en Melilla, y cuando ya hay que dar por perdidas las fiestas navideñas para la sociedad melillense, la encrucijada es muy compleja y dolorosa en la decisión a tomar: volver a la posición de salida o avanzar en la firmeza de las medidas. Con los antecedentes del comportamiento de nuestros gestores y de nuestra población, creo que Melilla no se puede ni debe descolgar de la estrategia mayoritaria del país, y con el objetivo de la más pronta recuperación, en mi opinión sólo queda endurecer las condiciones del confinamiento nocturno, con la participación del ejército para su control-desconozco su marco legal, búsquese-, y dejándole a las FFCCSE y Policía Local el mejor y más efectivo posible control del comportamiento cívico durante el resto de la jornada. Y hágase de una vez una decidida estrategia de rastreo de contactos, para lograr aislar los focos, sin olvidar a los viajeros!

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