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Quevedo afea al anterior Gobierno y la CHG el retraso de 3 años en el plan de mejora del suministro de agua

El Gobierno de Melilla ha dejado claro que el plan de mejora de la red de suministro de agua debería estar terminado en 2022, algo que no ocurrirá hasta 2025 y de lo que ha responsabilizado al Ejecutivo melillense de la legislatura pasada (formado por CPM, PSOE y Eduardo de Castro) y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).

El suministro de agua en Melilla ha sido objeto de debate en dos interpelaciones del Pleno de Control al Gobierno que se ha celebrado este martes en la Asamblea, el primero de la legislatura, donde Coalición por Melilla (CPM) y Somos Melilla han lanzado críticas contra el PP al recordarle que la ciudad lleva padeciendo problemas en este ámbito 20 años.

El consejero de Medio Ambiente y Naturaleza, Manuel Ángel Quevedo, ha rebatido a ambos grupos de la oposición poniendo de relieve el trabajo realizado para la mejora del suministro, de acuerdo con un plan diseñado entre 2014 y 2018 por la Ciudad Autónoma y el Gobierno de España de aquella época, ambos en manos del PP.

“Esto debería estar terminado en 2022 y no lo está porque ustedes y la CHG se han retrasado”, ha dejado claro Quevedo en alusión a la gestión realizada en la legislatura pasada en materia de agua, y antes de concretar que todas las acciones que contempla dicho plan estarán completadas en 2025.

No obstante, ha explicado que, tal y como se ha comprometido la CHG en un acta, en breve podrá ampliar la cantidad de agua que suministra la planta desaladora, pasando a 29.000 metros cúbicos y llegando, más adelante, a los 32.000, momento en el que, según el consejero, “habrá un salto impresionante” en el suministro, tanto en cantidad como en calidad.

Así, ha explicado que, cuando eso ocurra, la mayor parte de los 40.000 metros cúbicos que se producen de agua al día en Melilla será “agua de gran calidad” procedente de la desaladora, y el resto será agua de los pozos que ya sí podrá pasar por una planta de tratamiento para mejorar su calidad, algo que ahora no es posible porque ese paso supone perder alrededor de un 40 % del agua y no hay suficiente nivel de producción en la desaladora para compensarlo.

Además, con la mayor producción de agua de la desaladora también se podrá dar otro paso, y es llenar el pantano de las Adelfas con el agua procedente de los pozos, de manera que Melilla pueda contar un margen de seguridad de entre 10 y 14 días de suministro en caso de cualquier avería o emergencia.

Mientras se produce esa importante mejora en la cantidad y calidad del agua, gracias a la ampliación de la planta desaladora, se continuará aplicando el plan diseñado con la realización de obras como la construcción de una segunda línea eléctrica y la ampliación de la red de suministro, actuaciones que estarán listas entre 2024 y 2025.

 

Contadores

El consejero ha explicado que, posteriormente, habrá que realizar una sectorización y automatización de la red, de acuerdo con el plan diseñado, que se completa con otras medidas basadas en la concienciación de la ciudadanía para reducir el elevado consumo de agua, que es de 450 litros por persona y día.

Para ello, confía en que pueda ayudar la “inmediata” renovación de contadores de agua potable por otros electrónicos de lectura diaria, lo que permitirá facturar de manera más precisa el consumo de la población, además de la reducción de fugas, que es otro de los objetivos del plan diseñado entre las dos administraciones en la década anterior.

“El plan se está ejecutando con cierto retraso, pero con absoluta solvencia, calidad y cantidad”, ha insistido Quevedo para rechazar la creación de una comisión de agua para abordar los problemas del suministro, como reclamaba el vicepresidente segundo de la Asamblea, Rachid Bussian, a quien ha respondido que la ejecución del plan requiere solo de funcionarios para realizar unas gestiones que “serán complicadas, sin duda”.

 

“Solán de Aguadú”

Bussian, en la interpelación que ha abierto el Pleno de Control, ha criticado a Quevedo por decir que pronto habrá agua de calidad mineral en los grifos cuando sigue habiendo cortes de agua. “Solán de Aguadú”, ha ironizado el diputado cepemista, que lamentaba que “20 años después, miles de melillenses siguen llenando cubos” en sus casas.

Lo mismo ha apuntado el diputado de Somos Melilla, Amin Azmani, que en su interpelación, la última del Pleno, ha lamentado que “los melillenses no se pueden duchar tranquilos” por si se corta el agua, como es su caso, en el que ha asegurado que se tiene que duchar con un cubo.

Quevedo ha respondido a Bussian su interpelación “de vergüenza” después de la gestión que CPM hizo del agua, “vendiendo todas las motos posibles” a la población. A Azmani, el consejero le ha afeado su “catastrofismo” cuando “estamos llegando al fin” de ese plan de mejora del suministro.

 

“El Gobierno anterior usaba 2.000 litros diarios de agua potable para regar y baldear”

Quevedo se ha referido durante el pleno a la utilización de agua depurada para el riego de zonas verdes y baldeos, un aspecto en el que ha sido muy crítico con el Gobierno de Melilla de la pasada legislatura, al que ha acusado de no hacer uso de esa agua y utilizar, en su lugar, 2.000 litros de agua potable cada día “por dejadez” a la hora de obtener unos permisos.

Se trata, en palabras de Quevedo, de una “barbaridad absoluta” porque el último Gobierno del PP dejó en junio de 2019 “todo terminado” en la planta de producción de agua depurada para ampliar la cantidad de 2.000 a 4.000 metros cúbicos diarios, algo que el consejero asegura que en esta legislatura se llevará a efecto logrando los permisos necesarios.

 

 

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