Posibles nuevas medidas de protección frente al inminente fin de la concertina

La propuesta del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de retirar lo poco que queda de concertina de la valla de Melilla ha suscitado la apertura de un debate ya no sólo en torno a la pertinencia de la concertina (muy denostada) sino en torno a la necesidad de realizar nuevas inversiones en el perímetro fronterizo, incorporando soluciones tanto físicas -hay quien propone una valla “más alta”- como tecnológicas, y que van más allá del propio vallado, como el desarrollo de sistemas de prevención y alerta temprana basados en drones. Independientemente de las soluciones propuestas, el tema de la integridad territorial de nuestra ciudad preocupa, y mucho, a los melillenses, que no quieren volver a pasar por una crisis migratoria como la de 2004. El tema de la inmigración y, por ende, el tema del vallado fronterizo, preocupa a los melillenses, que no olvidan la crisis migratoria de 2004-2005 y que temen que las políticas del nuevo Gobierno lleven a una situación similar.
La inquietud que suscitan los gestos del Gobierno de Sánchez se suma al posible redireccionamiento hacia Marruecos, a medio plazo, de las rutas de inmigración que actualmente cruzan Libia.
Si bien hay poca discusión en torno a la retirada de la concertina, dado que apenas quedan un par de sectores en los que está presente; se ha demostrado que no disuade a los inmigrantes de saltar el vallado y, además, es extremadamente lesiva -tras un salto masivo, contribuye a la saturación de los servicios de asistencia sanitaria-, lo cierto es que la propuesta del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha suscitado especulaciones en torno a la posibilidad de mejorar la seguridad de nuestras fronteras prescindiendo de la utilización de elementos lesivos como la concertina.
Por ejemplo, el propio secretario general de VOX hablaba el jueves de, sencillamente, aumentar la altura y la solidez del vallado, de manera que no pudiera escalarse, además de incluir nuevos medios técnicos en los pasos fronterizos, como pueden ser los escáneres de cuerpo entero o un sistema de identificación facial similar al que ya existe, por ejemplo, en el Aeropuerto de Barajas (cabe recordar que la mayoría de las entradas ilegales se vienen produciendo, en los últimos años, a través de los pasos fronterizos).
Mientras que la disposición de más y mejores impedimentos físicos para acceder a nuestro territorio es una de las principales soluciones propuestas, hay otras que afectan tanto a la propia morfología de la valla como a aspectos ajenos a la misma. De entre las soluciones que afectan a la propia naturaleza de la valla, una de las más originales es la de sustituir el perímetro actual por uno nuevo, conformado por paneles gruesos de metacrilato u otro plástico de gran resistencia similar: imposible de escalar, transparente, barato y fácil de sustituir en caso de deterioro.
Otras ideas incluyen la incorporación de difusores de gas pimienta o de cañones de agua -ambos elementos comunes en el stock de medios destinados al mantenimiento del orden público que tienen las policías europeas- en la primera línea del perímetro

Prevención
Pese a propuestas tan innovadoras como la de la comentada “frontera transparente”, lo cierto es que la mayoría de esfuerzos en materia de seguridad perimetral van dirigidos a la prevención. Que la valla cuente con más y mejores sistemas de alerta temprana, así como con más personal dedicado a su manejo, parece ser la opción más rentable.
SODEMEL, por ejemplo, propuso ya hace meses la conveniencia de desarrollar en Melilla un equipo de vigilancia basado en drones que, equipados con cámaras térmicas, podrían aumentar las ventanas de vigilancia de los CFSE, con la flexibilidad y el bajo coste económico e impacto acústico que, hoy por hoy, no está ofreciendo el único medio de vigilancia aérea de que disponemos en la ciudad, el helicóptero del Instituto Armado.
Más allá de la incorporación de drones de vigilancia, escáneres, difusores de gas pimienta o nuevas cámaras térmicas, lo cierto es que cada vez son más las voces que piden cambios en la infraestructura fronteriza, tanto a nivel de valla como de pasos, y las nuevas tecnologías y materiales pueden ofrecer soluciones innovadoras y eficientes.

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