“Por favor, ayúdame. Habla con tus amigos”

Los inmigrantes entran a Melilla, pero no quieren quedarse aquí. Esta realidad, que todo el mundo sabe, quedó patente ayer cuando el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, visitó el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Estuvo apenas un cuarto de hora, tiempo más que suficiente para que los inquilinos de este abarrotado centro pusieran de manifiesto su anhelo por ser trasladados a la Península. “Salidas, salidas”, “CETI no. Madrid, Madrid” fue el grito de guerra con el que cientos de sin papeles recibieron a Fernández Díaz, algunos de ellos con pancartas y banderas. Entre todos los inmigrantes, había una que no gritaba nada. Una joven nigeriana con su hija de año y medio enganchada a la espalda con un pañuelo, lavaba la ropa en la puerta de uno de los edificios del CETI, al sol para tender después la ropa. Ayudándose de un barreño, lavaba unos leotardos oscuros de su pequeña cuando el ministro se topó con ella y se interesó por su historia. Le dijo que hablaba “un poco” de español, lo justo para comunicarse con el resto. Y justo cuando Fernández Díaz se iba a despedir, ella aprovechó para pedirle que le ayudara en su delicada situación, ya que lleva dos años en Melilla.

Llegó embarazada y dio a luz a su hija, que ahora tiene un año y medio. Y aunque en el CETI le han dado la opción más de una vez de salir rumbo a la Península para ser atendida en un centro de acogida, ella se niega porque está esperando a su marido, que aún no ha conseguido entrar en Melilla. “Por favor, ayúdame. Habla con tus amigos”, le dijo la chica al ministro, que le escuchó con mucha atención en una breve conversación recogida por todos los medios de comunicación que cubrían el viaje del ministro a Melilla.

También escuchó esta historia la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, que fue la primera en llegar al CETI porque en un principio, el ministro había suspendido su visita programada para las 12.30 horas. El retraso en su agenda de trabajo le hizo prescindir en un primer momento de esa visita al CETI, pero minutos después cambió de opinión y se dirigió al centro, donde protagonizó una de las imágenes del día con esta joven nigeriana.

El ministro fue preguntado después de por este caso concreto, pero obvió dar detalles. Solo dijo que los inmigrantes “encarnan la dimensión humana y dramática” de este problema, y mostró su compromiso de “complacer” en la medida que sea posible la petición que le transmitieron, pero antes “hay que hacer algunos trámites para asegurarse de que no se están aprovechando todavía más de la buena fe de esa pobre gente”.

Fernández Díaz fue testigo de la saturación del CETI, que acoge a más de 1.300 sin papeles, el triple de su capacidad máxima, que es de 480 plazas. La Cruz Roja y el Ejército han tenido que instalar 11 tiendas de campaña y más de 100 literas triples para que nadie se quede a la intemperie.

Emin y Pisly
En el CETI también esperaban al ministro los familiares de los dos melillenses fallecidos el 27 de octubre en Marruecos, cuando navegaban en las inmediaciones de Punta Negri. Los padres y allegados de Emin y Pisly se hicieron notar con camisetas y pancartas pidiendo justicia para los dos chicos melillenses y la dimisión del ministro por el papel que ha tenido el Gobierno español en este asunto. Sin embargo, solo pudieron quedarse en la puerta, por donde Fernández Díaz pasó en el interior del coche oficial.

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