Por casualidad

Unos minutos de agradable charla y satisfechos de nuestro encuentro nos despedimos ¡hasta la próxima! No había dado cien pasos me encuentro con mis amigos, Julio Baset y su esposa (y viceversa) ¡ah! y “rastreator” el que como “puede” sin pedir permiso, levantó la pata y se orinó, fue como una señal de importarle un comino, o una meada, el saludo entre socialdemócrata y social-conservador. Fue saludo y afecto sincero que, el que “el meón” rompió, no esperando a que terminásemos de parlamentar. Eso lo hizo por perro o por bassethound rastreator, olfateador de nuestro buen entendimiento.
Terminamos la conferencia exprés y seguimos el camino. Yo, llego a la “Nueva California” y observo la gran cantidad de público y niños (y niñas) de comunión. Quedé sorprendido, pues creí que eso ya no se estilaba, más aún teniendo un cura él Rojo…de apellido. Pero es la cuestión de que una vez afincado en pequeña ínsula de barataria, siéntome como siempre y sin decir nada, ni gesto siquiera, soy servido de ipso facto con mi minúsculo descafeinado acompañado con un churro. Todo ello gracias al ojo de lince de Fari, que como buen empresario está atento a sus clientes y sus manías o costumbres. Pero en este transcurso entra una familia con su hijo de primera comunión, y mira por donde va él de marino. Recuerdo inmediatamente que hace 69 años hice yo mi comunión vestido también de marino ¡eso sí!, con coca en bocamanga tal y como fui de capitán de navío. Premonición que fue en lo sucesivo, en servicio y trabajo a la Patria, aunque fuese como cabo segundo especialista. Luego mi vida seguiría más o menos por los mismos derroteros aunque civiles y terrestres. Y todas estas circunstancias activaron mi memoria, recordando tiempos pasados tan definidos y no como ahora en la que uno depende de un marcapasos, ese que me hace ver a España dependiente de un juego llamado democracia, la que luego no respeta la meta. Y así vamos definiéndonos como tramposos y donde el último puede ser el primero, con lo cual es el mayor contrasentido al voto del ciudadano y en sí a la democracia y la razón. Ahora bien, luego ponen en tela de juicio a Trump.

Pero qué les voy a decir si tenemos en la TV rosa, cómo un emérito se ha pasado la vida clerical por el forro. Y eso que la izquierda llamábale de Borbón y bobón. Si sí, “espabilao” que salió el niño. Que yo nací veintitrés días después y aquí me tienen cuan casto varón, en cincuenta años de servicios cumplidos al servicio del “matriarcado”, mientras a él se le ha visto el plumero ¡pillín!, haciendo de corredor a domicilio vendiendo imagen ¡Caray! Lo que más rabia me da es pensar que un chaval como yo, joven, también resultón, y de ojos reales como él, he perdido el tirón y bien; claro que él emérito tiene más “altura” que yo y quizá más larga su coyuntura. Pero eso sí, créanme ustedes que a mí no me hizo nunca falta salirme de madre “moralempírica”, ni celestinos de etiqueta azules, blancos o pardos, sean gaditanos, gallegos o castellanos. Porque siendo social-conservador y plebeyo he asimilado el sexto mandamiento, aunque pecador por admirar y no gustar de dar la otra mejilla, al fin y al cabo este mundo no era aquél, Yo pecador.

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