El martes 1 de abril de 2014 vi con estupefacción en el noticiero local al Director Territorial del INGESA Melilla y al Gerente de Atención Sanitaria de Melilla explicando a los medios de comunicación los motivos de mi renuncia. La noticia no me pudo ocasionar más que estupor porque a pesar de avisar con tres semanas de anticipación de mi decisión de dejar la plaza como endocrinólogo del Hospital Comarcal de Melilla, ni el Sr. Robles, ni el Sr. Villarroel -aunque fuese por formalidad-, me llamaron para que les informara de los motivos de dicha renuncia.
De todos modos conocían de sobra los motivos. Otra cosa es que los quisieran escuchar.
Mayor sorpresa me causó el hecho de que el Sr. Gerente, faltando a la verdad, dijera que me fui “porque no me he adaptado a Melilla” o “porque mi pareja nunca quiso venir a Melilla”, sobre todo porque desconoce por completo mi vida privada y cuánto quiero a esta ciudad. Afortunadamente, antes de irme expliqué a mis pacientes y a todos los melillenses las razones de mi partida, por lo que no necesito que den explicaciones de mis motivos, porque son míos.
Llama también poderosamente la atención que el Sr. Gerente y el Sr. Director Territorial dijeran que “nunca he recibido presiones políticas y asistenciales”. Y yo les pregunto: ¿Qué ocurrió el 5 de marzo de 2013 en el despacho de Gerencia? ¿Por qué estaba presente en esa reunión el Director de Atención Primaria si era una reunión de atención especializada? ¿Quién me llamó paternalista, prepotente y problemático? ¿Quién me culpabilizó de la lista de espera de seis meses para las revisiones en consultas de Endocrinología? ¿Con qué persona tuve la osadía de meterme y que motivó la reunión? ¿Por qué insistentemente las cinco personas presentes me exigieron que pidiera disculpas a la afectada que resultó ser “mujer de”? ¿Por qué envié a la Dirección Médica y Gerencia 20 notas internas en los últimos 18 meses? ¿De qué temas trataban dichas notas internas y por qué nunca se me respondió ninguna?
Quisiera también que me contestaran ¿Por qué solicité informe legal a la Jefatura de Inspección Sanitaria del INGESA sobre las irregularidades de mi expediente? ¿Por qué el Gerente sistemáticamente se negó a cambiarme la auxiliar de enfermería incluso después del incidente grave en consultas externas? ¿Por qué el Gerente en octubre de 2013 cambió de opinión y mandó nota a Madrid recomendando el cambio de auxiliar cuando me dijo que no hacía cambios por “capricho”?
Y para terminar: ¿Por qué si comenzaba mi labor asistencial a las 8am salía casi todos los días a las 4.30pm? ¿Por qué tuve que trabajar algunas semanas más de 75 horas si no había presión asistencial? ¿Por qué no me pidió explicaciones de los motivos de mi renuncia? ¿Por qué en los últimos seis meses se han ido varios especialistas de la ciudad? ¿Ninguno se adaptó a la Melilla? ¿Tienen todos familiares en la península? ¿Existen otros motivos?
En lugar de explicar los motivos de mi renuncia a los medios, que afortunadamente todos los melillenses conocen, deberían responder a todas las preguntas expuestas.
Nadie es imprescindible. Lo sé… ¿Y los gestores del INGESA?: ¿saben que tampoco son imprescindibles? Lo único que tengo que agradecerles, es que al menos hayan tenido la “amabilidad” -aunque sea en una rueda de prensa ya que nuca me lo dijeron en persona-, de reconocer que he hecho mi trabajo con profesionalidad y que tengo el respeto y estima de mis pacientes. Con eso me quedo.
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Por alusiones del Ingesa Melilla