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El sábado resultó una jornada intensa en todos los sentidos para el equipo de voluntarios de la Asociación IAE (Intervención, Ayuda y Emergencia) al formar parte del equipo de acción diseñado por los organizadores de la multitudinaria Carrera Africana. Según José Ángel González, el coordinador de la entidad, fue un día repleto de emociones y de satisfacción para este grupo de voluntarios. Afortunadamente no se produjeron accidentes graves, sino que buena parte del trabajo se centró en curar rozaduras, pero sí tuvieron oportunidad de encontrar a personas que son todo un estímulo para el resto, como un ciclista con esclerosis múltiple "que sin duda fue una inspiración para todos". José Ángel González Fernández, responsable de la delegación melillense de IAE, explicó en declaraciones a este diario que los preparativos para su actuación durante las doce horas de desarrollo de la Carrera Africana se iniciaron sobre las 9 de la mañana, con un estudio in situ en la zona de Aguadú y el barranco de las Adelfas, donde se establecieron cuáles serían los puntos de acceso en el caso de producirse despeñamientos, así como los de evacuación de los accidentados llegado el caso.
En ambas zonas se establecieron los operativos humanos con los equipos técnicos necesarios con especialistas tanto en rescate como sanitario, por si fuese necesario intervenir. Afortunadamente no se produjeron caídas desde los barrancos, pero sí que se realizaron "intervenciones como curas por caídas, resbalones, rozaduras, magulladuras, pequeñas heridas que precisaron pomadas inflamatorias o réflex, y también nos dedicamos a reparar algunas bicicletas", dijo.
Experiencias
Aunque no tuvieron que realizar actuaciones de rescate, "sí que tuvimos algunas anécdotas curiosas, como por ejemplo ayudar a una persona con esclerosis múltiple a subir con su bicicleta el tramo del pantano de las Adelfas". Del participante en cuestión señala José Ángel González que era toda una inspiración para quienes tenían la oportunidad de hablar con él, una persona positiva que hace años, precisamente en una carrera, le diagnosticaron esta enfermedad y desde entonces, ha seguido participando en todas las que se le presentan, como un reto personal. "Fue gratificante ayudarle. Su ejemplo nos motivó a seguir cumpliendo con nuestra obligación, a pesar del fuerte calor. Estas cosas son las que te recompensan, como cuando los correros nos felicitaban por estar en la prueba, por la ayuda que se les prestaba. Fue una experiencia muy bonita", afirmó el coordinador del IAE en Melilla.
De la Carrera Africana aplaudió su desarrollo porque además es una prueba de prestigio que no hace sino consolidarse, y cada año son más los melillenses que "dedican muchos meses preparándose para participar en ella". También toman parte algunas personas que no están preparadas, "que no son conscientes de que son doce horas de una prueba muy dura, con tramos muy intensos, por lo que a la llegada a Aguadú nos encontrábamos con gente que estaba realmente agotada, pero a ellos les compensa estar presentes y eso es muy satisfactorio a nivel personal, aunque no estaría de más prepararse un poco", recomendó.
Considera además José Ángel González que la organización del evento fue "fantástica", no sólo por la coordinación de la prueba, sino también por los numerosos puntos de avituallamiento donde los participantes encontraban lo que precisaban en cada momento.
"Estamos muy contentos porque nos llamaron para formar parte, porque nos han dado todo tipo de facilidades y además compensa las muchas horas porque la gente vino a reconocer nuestro trabajo. Nos felicitaban porque decían que llegaban a puntos difíciles de la carrera y había gente que les podía ayudar, algo que echaron en falta en otras ediciones. Han reconocido nuestro trabajo incluso en las redes sociales, así que muy contentos y satisfechos porque el reconocimiento de la gente es lo que te da impulso a seguir en este trabajo", manifestó satisfecho el coordinador local del IAE en Melilla.
Listos para trasladarse a Ecuador
Explicó José Ángel González que tras el terremoto de magnitud 7.8 ocurrido en Ecuador el 17 de abril, la ONG IAE se puso en marcha para una eventual intervención en el país. Tras realizar la última inspección de todo el material a desplazar, y estar dispuesto el equipo de guías, perros, sanitarios y rescatadores para la intervención, "comenzábamos las gestiones oportunas para la intervención quedando así sólo a la espera de la autorización del gobierno ecuatoriano para entrar el país, y comenzar con las tareas de búsqueda y rescate", relató. El gobierno ecuatoriano "nos manifestó que tenían suficiente ayuda internacional, y que las necesidades de equipos de rescate estaban cubiertas, por lo que la autorización no ha llegado". En cualquier caso, “mantenemos nuestro estado de alerta, listos para partir en ayuda del pueblo ecuatoriano”. De hecho dos especialistas en rescate de Melilla, que ya estuvieron en Haití, están preparados para viajar a Ecuador.
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