Según se queja el melillense y secretario general de la asociación de vecinos de Cabrerizas La Unión, Abdeljafid Amar, los paquetes que salen desde la ciudad a través de Correos hacia la Península quedan “retenidos” en la Aduana de Madrid durante largos periodos de tiempo.
En este sentido, expone el caso de unas pastas que quiso enviar a un familiar antes de las fiesta del Ramadán. No sólo no llegaron a su destinatario, sino que fueron devueltas tres meses después en estado de putrefacción, según relata.
“Hace dos años no pasaba esto”, recuerda Amar, quien apunta que antes se tardaba una media de cuatro o cinco días en llegar a su destinatario. Pero desde que se ha centralizado la aduana en Madrid, según afirma, esta es la situación con la que se encuentran los melillenses al enviar objetos a la Península, aunque sean efectos personales.
“No entendemos que desde cualquier otro punto de la Península lleguen los paquetes en dos días, sin apenas molestias o anomalías”, lamenta el melillense.
Por este motivo, Amar manifiesta que los ciudadanos se ven obligados a “buscar a gente” que viaje hasta la Península para pedirles el favor de que envíen desde allí los paquetes, como una alternativa para agilizar los trámites. “Parecemos contrabandistas”, se queja.
Según denuncia este melillense, como consecuencia de esta realidad, “la gente ya no confía en llevar los paquetes desde Melilla”. Por todo ello, hace un llamamiento a las administraciones públicas para que intenten mediar, de cara a poner fin a las largas demoras de los envíos. “También somos españoles”, pone en relieve.
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Paquetes que nunca llegan