Persianas abajo, mesas y sillas recogidas y terrazas y aceras despejadas del mobiliario de bares y cafetería. Esa era la estampa ayer en el primer día de cierre hostelero en Melilla, un domingo soleado y con buena temperatura que llevó a un buen número de ciudadanos a disfrutar de un buen paseo e incluso de un baño de sol en las playas.
Sin embargo, pese al buen tiempo, el ambiente era distinto por la inexistencia de bares, cafeterías y restaurantes donde disfrutar de un trago y descansar, dado que tampoco es posible sentarse en los bancos y resto de elementos comunes de la vía pública.
Pocos establecimientos abrieron. Unos, para preparar sus locales para estos 15 días sin actividad. Otros, para llevar comida a domicilio. Algunos hosteleros, en sus puertas, miraban el desastre con la mirada perdida. “El titular debería ser ‘Qué tristeza’”, sugirió un empresario hostelero al ver a la periodista.
Y es que, a su juicio, en este caso se ha ido “al eslabón más débil”, porque mientras bares, cafeterías y restaurantes deben cerrar, “los barcos, supermercados y otras tiendas están llenos hasta la bandera”. “Si esto sirviera para que se arreglara el problema, yo cerraba dos meses. Pero esto solo nos trae ruina”, aseguró.
📰 Desde cualquier punto del mundo, podrá tener entre sus manos el mismo ejemplar del…
La entidad melillense es reconocida por su labor en la inclusión de personas con TEA…
Una de las caras nuevas del MCD La Salle en la presente temporada es la…
Carta del Editor. MH, 29/10/2025 Enrique Bohórquez López-Dóriga En política, declarar a qué se…
El grupo político insta al Gobierno de España a declarar la ruta aérea como Obligación…
Un minuto de silencio en repulsa por el asesinato de la joven eleva la cifra…