Naturalidad y sobre todo confianza plena en el equipo en estos momentos

El equipo responde a la idea de los mejores conjuntos en liza: solidario, intenso, ambicioso, tremendamente generoso en el esfuerzo, líneas muy juntas, trabajo colectivo, buen trato de balón, defensivamente serios, firmes, con sentido de la anticipación, bien colocados con atención a las ayudas y coberturas y cuya mejor virtud es su gran rapidez en las transiciones defensa-ataque y viceversa. A Luis Miguel Carrión, le corresponde un mérito indiscutible en todo esto. Su tarea más importante ha sido la de dotar al equipo de una organización a través de la cual el valor del conjunto excede a la suma de los valores individuales. Para ello ha tenido que manejar conceptos de trabajo colectivo, y esto lo ha conseguido con creces, de hecho, cualquier jugador de la plantilla está preparado para sustituir a cualquier compañero en momentos puntuales y hacerlo bien.
Tenemos que seguir siendo nosotros mismos. Si algo ha demostrado el equipo es que es fiable y competitivo al 100% y este es el motivo de que siempre esté más cerca de ganar que de perder en cada partido.
Sabemos de la dificultad de cada partido de Play-Off por la igualdad de los contendientes y porque todos van al límite jugándose lo que se juegan (el ascenso). Hemos superado un reto más, eliminando a un grandísimo equipo como el Villareal B. Pero lo más importante es que estamos preparados para competir contra cualquiera porque confiamos plenamente en nuestros jugadores y equipo técnico, y ahora además en una afición que por fin se ha comprometido a caminar juntos hasta el final.
Durante el encuentro disputado el pasado domingo, por fin pude comprobar una afición más numerosa y comprometida con el equipo. En los últimos años siempre observé poca comunión entre una afición siempre dividida entre los destructores y negativos contra todo lo que hace o deja de hacer la institución que nos representa (U. D. Melilla), y aquellos incondicionales que siempre acuden al campo con una actitud positiva.
Así que entre pensar en positivo o pensar en negativo, me quedo con lo primero. Ya habrá tiempo de lamentarse si llega el descalabro. Ahora es un momento para competir, para disfrutar, para sentirnos orgullosos de nuestro equipo. Tenemos que ser ambiciosos como lo hemos sido hasta ahora y al final cada uno estará donde se lo merezca.
Ha sido un largo año, muy bonito, pero con muchas adversidades por el camino. Es un momento para saborearlo y disfrutarlo, de modo que hagámoslo hasta el final acudiendo al campo en masa y con la misma actitud que en este último encuentro.
Ya sabemos que puede pasar de todo, pero como digo siempre “tengo la sensación de que, si todo va bien, nos vamos a sentir tan orgullosos de nuestra U. D. Melilla, que hasta pondremos el carnet de socio o abonado, encima de la tarjeta de crédito”.
Ahora a competir como lo sabemos hacer contra el que toque. Suerte y a por ellos.

Acceda a la versión completa del contenido