Motivos para estar tristes I

No es que sea pesimista por naturaleza, incluso, diría que soy todo lo contrario. Suelo buscar siempre el lado positivo de las cosas y, por supuestos que hay muchas, especialmente el gran hecho de haber nacido, de haber disfrutado durante mucho tiempo o quizás pocos como fue mi caso por la pérdida de unos padres maravillosos cuando sólo contaba con 25 años y mi primera hija con 6 meses. Muy triste para nosotros aquel año 1975 y feliz al mismo tiempo, o 6 meses antes por ese nacimiento (el día 14 cumplió 43 años). Pero no quiero hablar precisamente de mi caso personal, sino de la triste y penosa situación política, social, económica y cotidiana actual.
Un niño de menos de 9 años que muere supuestamente por culpa de ese narcotráfico y esas lanchas rapidísimas incontroladas o “mal controladas” por quienes deberían garantizar la seguridad ciudadana y no me refiero precisamente a los miembros de la Guardia Civil o Policía Nacional, cuerpos muy diezmados en efectivos por culpa de los políticos y política de turno. Esa zona del sur de España y en concreto la de Algeciras, La Línea y aledaños se ha convertido en algo parecido al narcotráfico mexicano, colombiano, e incluso gallego puede que venido a menos, ¡Menuda mafia! Y entran tan ricamente en un hospital dando palos, y liberan a un “colega traficante”. En este triste caso del niño muerto “destripado” he leído en algún medio, dicen que hasta su propio padre ha tenido cuentas pendientes con la justicia por ese narcotráfico y tantísimo paro en dicha zona. El Ministro Zoído dice que esa muerte no tiene nada que ver con el narcotráfico, la policía y el mismo alcalde de la zona dicen que sí (éste del PP también), esto no hay quien lo entienda, mientras tanto, los lugareños decentes a seguir padeciendo.

Es raro el día, que alguien no mata a otro u otros “alguien” (semejantes), ex esposas o parejas, suegras, suegros y hasta criaturas de corta edad. Lo mismo da que nos manifestemos mil veces, que los medios de comunicación de todo tipo lo denuncien. Estos asesinos carroñeros, hasta me da a mí que les gusta que se hable de ellos y cuanto más se mencionan estos actos crueles y asesinos, cada día, uno o dos casos nuevos en el norte, en el sur, centro, este y oeste. Ahí sigue el Código Penal que tenemos y que no castiga suficientemente a los ejecutores. En muchos casos, “libertadcondicional con o sin cargos”.

En otro orden de cosas, ahí tenemos a una señora (lo siento, creo que no se merece que escriba con mayúscula lo de señora), que según he leído cobra unos 112.000 euros/año como Secretaria de Comunicación del Gobierno, a la cuál y dicho por ella, “le daban ganas de hacernos cortes de manga a los pensionistas”, acompañado de un “que se jodan estos jubilados”. Sr. Rajoy, si a esta señora no la destituye pero ya, es que usted es del mismo pensamiento y no trate de engañarnos una vez más.

Otros que tal, unos padres de un equipo de pre-benjamines en Ávila queriendo “zurrar” al colegiado, “el crimen”: conceder un gol al equipo rival en el último minuto. Pobres criaturas, tener unos padres así de “anormales y bestias”, menudo ejemplo.

Y hablando de bestias, menudo elemento el “torrija Torra” ese que han elegido en el Parlament como suplente condicionado a las directrices de Puigdemont. Ahora pide disculpas, dice: “que no volverá a pasar”, menudo elemento xenófobo, supremacista (palabro de moda, aunque eso de seres superiores, alguien lo dijo también en el País Vasco hace mucho tiempo). Menudos adjetivos “calificativos” nos ha ido dedicando al resto de españoles y catalanes/españoles. No quiero ponerme a su altura, pero se está ganando a pulso que el 155 perdure, o incluso jugándose (ojalá que no), que dicha Comunidad Autónoma Catalana desaparezca, y es que con un President y ex President que abrazan el nazismo aunque se crean “demócratas” sin respetar las leyes aprobadas por todos los españoles, más que demócratas son pura KK y más parecidos al “KKK” (a aquellos encapuchados de blanco que apaleaban a los negros en EE.UU.).

Lo siento, perdonad queridos lectores de Melilla Hoy, ¿Me habré levantado pesimista O es la pura y triste realidad de este País?

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