Melilla rinde homenaje a Suárez en silencio

Melilla quiso recordar ayer la figura de Adolfo Suárez guardando un minuto de silencio a las puertas del Palacio de la Asamblea, el mismo lugar donde el primer presidente del Gobierno de la Democracia se dio un baño de multitudes el 6 de diciembre de 1980, día en que hizo su histórica visita a nuestra ciudad. Justo a las doce, a la misma hora que el féretro de Suárez salía del Congreso de los Diputados con honores de Estado, la Casa de todos los melillenses quedó enmudecida y sin actividad para rendir homenaje al presidente del consenso. El homenaje fue breve y con poco apego ciudadano, ya que fueron muy pocos los ciudadanos que se acercaron a la Plaza de España, al margen de las autoridades civiles. Entre ellas, prácticamente todos los miembros de la Asamblea y responsables de la administración periférica del Estado, que se colocaron justo en la puerta del Palacio de la Asamblea. Enfrente, una hilera de periodistas, que recogían las imágenes mudas del homenaje a Adolfo Suárez.

Al terminar, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, se mostró “profundamente agradecido” hacia Suárez por la labor política que hizo, pero sobre todo por haber dado confianza a nuestra ciudad con su visita a Melilla hace más de 33 años. A partir de aquel 6 de diciembre de 1980, “la ciudad empezó a mirar su futuro de otras manera y a creer más” en sí misma, destacó Imbroda antes de aludir a los “muchos gestos que hubo en la época”.

Además, subrayó que Suárez “se va a convertir en un símbolo para lo que es la política nacional, el Estado español y la proyección de España en el extranjero”, algo que “hoy día se está destacando en todos los medios”. “Ya es un símbolo que es patrimonio de todos los españoles sin distinción”, se corrigió Imbroda para poner en valor la “grandeza” de Suárez.

Recordar los valores
También tuvo palabras para el expresidente del Gobierno el líder de la oposición, Mustafa Aberchán. El cepemista dijo que ayer era “un día triste porque se ha perdido a un gran político en nuestro país”. No obstante, pidió a todos los políticos con representación parlamentaria que recuerden los valores y virtudes de Suárez, como son el consenso, el respeto y las libertades.

Para Aberchán, esto es necesario por dos razones fundamentales. La primera, porque “da sentido a lo que estamos haciendo en el arco parlamentario español”, donde existe una diversidad ideológica gracias, entre otras cosas, al “profundo papel” que desempeñó Suárez en la Transición Española. La otra razón que esgrimió Aberchán es que “hoy más que nunca hacen falta esas virtudes que tenía Suárez y que hoy difícilmente podemos conquistar, aunque debe ser un desafío para cualquiera que tenga la responsabilidad de sintonizar con el Pueblo”.

El cepemista fue más concreto al explicar que se estaba refiriendo al consenso, el respeto y las libertades. “Esto se ha perdido bastante y es lamentable que tenga que haber un muerto por medio de la dimensión del presidente Suárez para hablar de estos valores”, lamentó Aberchán, para quien ahora “es el momento oportuno para marcar un desafío individual y colectivo entre todos los partidos de recuperar esos valores, que en su momento dieron a luz lo más importante de la democracia, que fue la Constitución Española”.

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